"Gilipollandia"
Espero que ningún medio de comunicación se moleste si digo que ya tenía ganas de escuchar o leer en sus secciones informativas la publicación de algún estudio elaborado por alguna empresa o instituto oficial o semioficial, algo que fuera coherente, creíble y que ese estudio tuviera un mínimo de posibilidad de que pudiera hacerse realidad lo que en él se diga.
Leía el pasado día uno una noticia en la que uno de los periódicos abría con el siguiente titular:”El 80% de las empresas familiares españolas espera crecer en los próximos seis meses”. Esto se desprendía de un estudio de KPGM en colaboración con el Instituto de la Empresa Familiar. Para mí una empresa familiar no es aquella en la que todos sus miembros están involucrados en la elaboración de un producto de cualquier naturaleza. Una empresa familiar se concreta, según lo veo yo, en una madre, una padre y unos hijos y que todos ellos se comprometan en un objetivo común que no es otro que el de poder comer todos los días, ya sea trabajando todos en la que se llama empresa familiar o por cuenta ajena en diversas industrias. Lo único que yo considero creíble de este estudio, y les doy toda la razón del mundo, es que a la vista del “éxito” que el Gobierno ha obtenido con la campaña de “ayuda” al emprendedor a las empresas familiares y a los autónomo, a ninguno de ellos no hay entidad bancara que les conceda un crédito para poder “arrancar” y al tercero la “ayuda” se la han “reforzado” subiéndole su cotización a la Seguridad Social, las familias españolas van a crecer. Tengo siete nietos, los tres más pequeños tienen cinco meses uno, 21 meses otra y seis años la mayor de los tres menores, los otros cuatro ya están metidos entre los 18 y los 20 años. De todos estos miembros que componen parte de mi numerosa familia, somos 17 en total, solamente espero un crecimiento en los tres más pequeños, un crecimiento físico, claro, los otros cuatro es muy posible que se queden tan “talluditos” como están actualmente. Por tanto es cierto que se espera un crecimiento en las empresas familiares españolas, pero esto no es a partir de ahora, esto ya viene de muy antiguo y seguirá por los siglos de los siglos. Hasta yo, que acumulo más años que la Alhambra de Granada, aún tengo que dar un “estirón”, será el último, lo sé, pero nadie me va a impedir que lo de. Que me perdonen los estudiosos que se han molestado en elaborar ese estudio, pero el único crecimiento que van a tener las empresas familiares va a ser el desarrollo físico de sus miembros.
En otro orden de cosas decir que en el “alboroque” vallisoletano organizado por el Partido Popular entre últimos de enero y primeros de febrero, donde todos los asistentes se dieron cuenta de lo guapos e inteligentes que son, y se aplaudieron unos a otros hasta romperse las manos, Rajoy dijo que a partir de 2015, casualmente el año en que hay elecciones generales, los impuestos comenzarán a bajar de forma sucesiva año tras año. Esto me crea una duda, una interrogante que me lleva a hacerme la siguiente pregunta: ¿Y si año tras año nos van a bajar los impuestos, no vamos a llegar al punto de que al final todos los españoles nos convirtamos en acreedores de Hacienda, del Estado, y que pase a ser el Estado quien nos pague impuestos a los españoles? ¿Usted como lo ve?
Acabo comentando los datos que días pasados dio el ministro del Interior, ese señor al que hay que apartar del cargo o, repito una vez más, la va a armar y gorda, en los que dijo que la delincuencia había bajado en lo referente a robos, asesinatos, asalto a viviendas, violaciones y otro tipo de fechorías, pero hay una cosa que me llamó la atención: No hizo mención alguna que nos pudiera aclarar a los españoles si la corrupción había bajado también. Se le debió pasar por alto.
En cualquier caso a la vista de lo dicho y de otras muchas cosas más, está claro que esta gentuza, me refiero al Gobierno, nos ha tomado, definitivamente por unos tontos gilipollas. Hasta tal punto es así que cuando en el exterior empleen la palabra España para referirse a ella algunos puedan cambiar el término y referirse a “Gilipollandia” en lugar de a España. Si alguien se molesta por esta apreciación mía lo siento y pido perdón de antemano, pero le ruego por favor que antes reflexione sobre la consideración que los españoles le merecemos a nuestros gobernantes.
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