El segundo Siglo de Oro
He de comenzar este comentario poniendo de manifiesto mi rabia e impotencia motivada por el hecho de mi avanzada edad que me va a impedir el poder disfrutar de lo que yo considero como el segundo Siglo de Oro, el siglo XXI, el primero tuvo lugar entre finales del siglo XVI y durante el XVII y fue durante este periodo de tiempo cuando tuvo lugar el máximo auge y esplendor de la cultura española. Ahora, prácticamente en la amanecida del siglo actual, donde se van viendo cambios sociales, laborales y económicos muy importantes como positivos, asistimos a acontecimiento tan relevantes que incluso se van a ver reflejados en el cambio de parte de la letra de esa copla cantada por el inolvidable Juanito Valderrama titulada “El Emigrante” en la que se decía aquello de: “Yo soy un pobre emigrante que me voy a tierra extraña…” y que nos emocionaba el escucharla. Con los nuevos tiempos la copla comenzará así: ”Yo yo soy un pobre afectado por la movilidad exterior que me voy a tierra extraña…”. O sea que los españoles ya no emigramos, “nos movemos externamente”. Aunque solo parezca un simple cambio en la terminología empleada en la canción es evidente que es el fiel reflejo de un cambio importante que marcará el esplendor de una centuria y todo ello gracias a políticos de la talla de la ministra de Desempleo, Fátima Bañez, que es la que ha acuñado la nueva denominación de buscarse uno la vida por donde pueda porque si sigue en su país se puede morir de hambre.
Nos encontramos ante una generación de políticos con mando en plaza que le van a pegar la vuelta, para mejor, claro, a la sociedad española como si de un simple calcetín se tratara. Para aseverar lo dicho señalaré la altura de miras, la gran altura de miras, de algunos políticos de la escala básica, me refiero a los concejales, vivero de futuros ministros. En primer lugar citaré el caso de ese concejal del Partido Popular de Canarias, que ha asegurado que si en la pretendida prospección y posterior extracción petrolífera frente a las costas de las Islas Afortunadas se produjeran vertidos incontrolados que pudieran contaminar las costas del archipiélago canario ello sería muy positivo ya que si se produjeran estos vertidos contaminantes ello supondría la creación de empleo dado que haría falta mano de obra para limpiar las zonas afectadas al propio tiempo que ello reportaría un mejor estado de las playas que quedarían más limpias. Asumo totalmente esta afirmación del concejal popular y es más, me atrevo a ampliarla y para ello propongo, espero que el Gobierno lo tenga en cuenta, sobre todo los gobiernos municipales, que se dé vía libre a que los ciudadanos podamos solventar nuestros “apremios fisiológicos” en plena calle con lo cual se precisaría una importante cantidad de mano de obra para que las aceras y calzadas se mantuvieran en una situación decorosa medianamente aceptable. Teniendo en cuenta lo dicho por el concejal, incluso quedarían más limpias.
En cuanto a la protección de la infancia durante este segundo Siglo de Oro la situación de la protección y atención a los menores se va a ver potenciada de forma muy ostensible. Otro concejal del PP se ha negado rotundamente, saliendo en defensa de la dignidad de los españoles de corta de edad y sobre todo para preservarles del sufrimiento de traumas y afrentas que puedan dejarles marcados para el resto de sus vidas, criticando el que se abran comedores infantiles durante el verano para que muchos niños puedan comer, al menos una vez al día, un plato medianamente nutritivo, esto puede dañar la sensibilidad de estos menores. Es mejor conservar intacta la dignidad personal. Morirse por desnutrición, por hambre, es algo que engrandece a la persona. En todo caso, si no comen, se pueden librar de sufrir una pesada digestión. Menos mal que hay políticos que se preocupan por la dignidad de las personas y sobre todo por la salud mental de los menores. A este respecto hay que decir que el presidente de la Comunidad Autónoma de Madrid, Ignacio González, ha dicho que son exageradas las cifras que se dan en lo que respecta a menores que sufren desnutrición, que no existe tal causa, que se trata de casos puntuales y muy concretos y que ello es debido a unos malos hábitos alimentarios. O sea que los niños se atiborran de “chuches” y luego no se comen lo que deben comer. No porque los padres no tengan medios económicos para alimentarlos. No.
Está claro: Entramos en el segundo Siglo de Oro, gracias a políticos de miras muy altas y que se preocupan por los demás. Lástima que haya gente, ingrata, que vaya diciendo por ahí que la imbecilidad, la mediocridad y el cretinismo político deberían estar tipificados como delito en el Código Penal y castigados con penas de cárcel. No es justo que se digan estas cosas.
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