Hacia una España Mejor

martes, agosto 05, 2014

Los campanilleros

A raíz de la “puesta” en escena de una nueva presunta estafa protagonizada por el presidente del consejo de administración de Gowex, Jenaro García, se han visto imágenes de este ya famoso personaje tocando la campana un 12 de marzo de 2010 con motivo del comienzo de la cotización en la Bolsa española de dicha empresa tecnológica que opera e instala redes wifi, no sé si lo seguirá haciendo. Esto me ha recordado aquel 20 de julio de 2011 cuando tuvimos ocasión de ver al entonces presidente de Bankia, Rodrigo Rato, moviendo el badajo de la campana anunciando el principio de la cotización en Bolsa de la ya archifamosa entidad bancaria. Ambos “acontecimientos” me han traído a la memoria aquella copla magistralmente cantada por la inigualable y ya desaparecida interprete de la copla andaluza conocida como “La Niña de la Puebla”. La copla se titulaba “Los Campanilleros” y en una de sus estrofas decía lo siguiente: “En los campos de mi Andalucía los campanilleros por la madruga, me despiertan con sus campanillas y con sus guitarras me hacen llorar”. También estos dos “campanilleros”, Rodrigo Rato el que fue ministro de Economía con Aznar y Jenaro García, cuya trayectoria al frente de su empresa fue considerada como “el ejemplo a seguir”, “la joya tecnológica española” y de un “ascenso meteórico” “méritos” reconocidos por el Gobierno de Rajoy y premiada por ello en dos ocasiones con foto incluida en la que se ve a Jenaro García junto a Rajoy , han hecho llorar a miles y miles de españoles pero no a golpe de guitarra sino de “vaciado de bolsillos”. Es de justicia reconocer también el “mérito” de Miguel Blesa de la Parra, el que nadie lo pilla y nadie lo agarra, que también contribuyó a que la gente llorara de “sentimiento” ante el “cante” interpretado por estos tres artistas. De momento parece ser que a los tres, paradojas de la vida, les ha “salvado” la campana, Rodrigo Rato salió de Bankia por piernas y fue a parar a Telefónica y recientemente ha “fichado” por Servihabitat una inmobiliaria fundada por La Caixa, como miembro de su consejo de administración. En el caso de Rato, el trato que se le está dando es más que exquisito. El juez de la Audiencia Nacional, Fernando Andreu, ha rechazado embargar los bienes por valor de 24.945 millones de Rato y de su equipo, porque es preciso “conocer el verdadero alcance” de los hechos y definir el grado de responsabilidad de cada uno de los imputados. Esto choca con la rapidez con que se conoce “el verdadero alcance” del “delito” cometido por todos aquellos que se han quedado sin trabajo y sin ingresos y que son desahuciados de inmediato de su vivienda con “acompañamiento” policial incluido y además, si así lo reclama la parte acreedora, se procede al embargo del posible subsidio que pueda percibir el damnificado en el caso, claro está, de que esa ayuda superara el límite establecido para proceder al embargo de un sueldo, ayuda o pensión, cosa totalmente impensable por lo irrisorio de su cuantía. A Jenaro García le ha sido impuesta por el juez una fianza que él mismo ha considerado como razonable y a Miguel Blesa de la Parra, al que nadie lo pilla y nadie le agarra, le están quitando de encima a algún que otro juez que se ha empeñado en meterlo en la cárcel. Ni Rato ni Blesa van a sufrir “castigo” alguno por la debacle de Bankia que al margen de lo que les va a costar a sus accionistas, a sus impositores y a los poseedores de las preferentes, o sea, poseedores de nada, y a los españoles, a todos, que van a tener que pagar los miles de millones que ha prestado al Banco Central Europeo para reflotar a una entidad bancaria víctima de la mala, pésima, desastrosa gestión de unos incompetentes que encima están considerados como “cerebros privilegiados”. Lo de Bankia lo va a pagar el encargado de mantener en funcionamiento la caldera de la calefacción. Esta es la moderna versión de “Los Campanilleros”. Queda claro que España es el verdadero “País de Nunca Jamás”, donde nunca jamás a los que generan graves daños y quebrantos económicos a los demás por su nefasta, torpe y en ocasiones interesada y particular gestión, les ocurre nada.