Más pan y menos manteles
Señora alcaldesa: No es mi intención el entrometerme en su vida privada pero a la vista de su comportamiento durante y después de pasadas las fiestas patronales, creo que, por lo que de interés pueda suponer para los ilicitanos el tener un amplio conocimiento de su alcaldesa, se impone que alguien le haga, en este caso yo mismo, la siguiente pregunta: ¿Cuánto tiempo hace que vino usted desde su pueblo natal para afincarse en Elche? ¿Fue ayer o anteayer? Porque a mí, a la vista del desconocimiento de que usted hace gala a diario de los aconteceres pasados en nuestra ciudad, me da la impresión de que usted lleva cuatro días y medio en la misma.
Yo entiendo que no dispone usted de muchos elementos favorables para ponerse extensiones, antes se le llamaba “moños”, ante la ciudadanía y aprovecha hasta los más mínimos detalles para “apuntarse algún tanto”. El último, hasta el momento de escribirle estas líneas, es el de que usted se desvive por la seguridad de los ilicitanos, a este respecto ha dicho lo siguiente: “Elche es un referente turístico y no es tolerable que la gente no salga a la calle en plenas fiestas por miedo a las carretillas”. Señora usted no se entera y de ahí mi pregunta sobre cuánto tiempo lleva usted viviendo en nuestra ciudad. Mire usted señora, debo aclararle que desde prácticamente la segunda mitad de la década de los 80 desde el Ayuntamiento se han venido tomando medidas preventivas para evitar el lanzamiento indiscriminado de carretillas en cualquier calle, con el tiempo esto creo que se ha venido consiguiendo en un porcentaje bastante alto, yo diría que se ha reducido en más de un 90% esta costumbre propia de gente incivilizada y en las fiestas patronales creo que en muy contadas ocasiones se está dando esta incidencia que por otra parte suele controlar con éxito la Policía Local, como siempre lo ha hecho desde que se decidió acabar con esta inadmisible y rechazable costumbre del lanzamiento incontrolado de carretillas en cualquier calle del casco urbano. El lanzamiento en el recinto cerrado fue un éxito y supuso la continuidad de una tradición de decenas de años que todos los ilicitanos valoran y aprecian de forma positiva. Señora, vistas sus declaraciones sobre las carretillas, me da la impresión, es mi opinión, de que o bien usted quiere “finiquitar”, cerrar este recinto, o como mal menor situarlo en lo que los ilicitanos conocemos como el “Pico del Pantano”.
Señora alcaldesa: Más pan y menos manteles. Si de veras a usted le preocupa la seguridad de los ilicitanos ponga usted una mayor atención a todo lo que concierne a la seguridad ciudadana. Mire usted señora, hace unos días me contaba una persona que en una comunidad de vecinos, más de veinte viviendas, se “personaron” los cacos y se llevaron los pomos de metal de las puertas, pero no los de las puertas de la calle, no, se llevaron ¡los de las viviendas! Y eso no se hace en cinco minutos. Eso precisa de mucho tiempo. Lo digo tal y como me lo contaron a mí, no obstante usted dispone de medios para averiguar si es cierto o no. También le sugiero que se preocupe un poco más de los asaltos a viviendas en el casco urbano que son muy numerosos. No hace mucho un amigo mío que vive en una calle muy céntrica se encontró con su piso “patas arriba” y como él otros muchos ilicitanos. De los asaltos y robos en el campo debo decir que me ha “encantado” su forma de solucionarlos reuniéndose con los vecinos acompañada de un buen número de responsables policiales, por cierto en alguna de estas partidas cuando los vecinos se pusieron duros con el Ayuntamiento el despliegue policial en los dos o tres días siguientes fue de los que marcan un record. Creo que no es necesario que le hable sobre los “tirones” en plazas, mercadillos y calles muy céntricas. Y no quiero finalizar sin hacerle saber, por si no lo sabe aún, que los vecinos ya no se tragan lo de la Policía de Barrio. Fue bonito, para usted, mientras la gente se lo creyó. Aprovecho para recordarle que no se olvide usted de la asistencia sanitaria, eso también forma parte de la seguridad de las personas. En cuanto a la negativa incidencia sobre el turismo por culpa, según usted de las carretillas, me pregunto que si su gerente de Turismo, que por cierto el hombre cobra bastante bien, nada más comenzar las fiestas afirmó que nos visitarían 250.000 personas que se dejarían cinco millones de euros ¿cuántos más hubieran venido y cuánto más dinero se habrían gastado si no existieran las carretillas? Incalculable, pero seguro, seguro, que en el entorno de usted habrá quien se atrevería a asegurar que se hubiera duplicado el número de visitante y se hubiera recaudado el doble de dinero. Malditas carretillas, dirán.
En fin señora, lo dicho: Más pan y menos manteles.
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