¿No son de fiar?
El pasado día 3 un diario provincial nos informaba ampliamente y con destacados titulares, la intención del presidente de la Diputación de Alicante, César Sánchez, del Partido Popular, de pedir a los municipios alicantinos el que los políticos no estuvieran presentes en las mesas de adjudicaciones. No hace falta ser un lince para darse perfecta cuenta de que se refería a las mesas de contratación de obras y servicios. El motivo lo argumentaba manifestando que era con el fin de evitar favoritismos. O sea, evitar que se adjudicaran obras o servicios no a la mejor oferta sino al mejor “postor”. Eso está más que claro.
Sorprende el que este tipo de cuestiones las plantee un político en ejercicio y máxime cuando ocupa un cargo como el que desempeña el popular César Sánchez. Creo que todos hemos leído y escuchado en más de una ocasión, las quejas de algunos políticos a nivel individual y desde los distintos partidos, en el sentido de que algunas opiniones e informaciones provenientes de algún medio de comunicación, prensa, radio y TV, eran tendenciosas y falsas y que solo contribuían a crear una mala imagen de los políticos en lo que a su honestidad y buen hacer se refiere. No creo que esto sea así ya que rara vez esos medios acusan o achacan de forma gratuita, es decir sin sentido o motivo alguno, a los políticos de haber cometido y observado en muchos de ellos actuaciones o actitudes poco edificantes. Rara vez fallan en sus apreciaciones. No, las dudas sobre si los políticos son o no de fiar las siembran algunos de ellos que actúan como podemos comprobar al margen de la ley y de la decencia. De una u otra forma los ciudadanos hemos sido testigos de ello a través de la información de la prensa en general. Se podría cuestionar si estas informaciones son fiables o no, yo siempre he creído y creo que sí, pero cuando la información sale de las entrañas de la política como es el caso de las pretensiones del presidente de la Diputación alicantina queda muy claro que cuando el rio suena agua lleva. Mejor que quien está dentro de la “olla” nadie puede saber que sabor tiene el “cocido”. Creo que César Sánchez, se ha columpiado y ha puesto en candelero y en el “escaparate” algo que todos tenemos muy claro y que hace que nos preguntamos de forma constante si es que los políticos no son de fiar. La verdad es que solo faltaban este tipo de manifestaciones públicas para que definitivamente se nos ponga mal cuerpo.
Puesto a hablar sobre fiabilidad si o fiabilidad no, vengo observando con verdadero interés el enorme esfuerzo que está llevando a cabo Mariano Rajoy, en este comienzo de la precampaña electoral para convencernos a todos los españoles de que él es el único que puede sacarnos del pozo en que estamos, algo que ya repitió por activa y por pasiva en la campaña electoral de noviembre de 2011 prometiéndonos que acabaría con todo lo que nos viene fastidiando, por no decir jodiéndonos, a todos los ciudadanos y que ha quedado con aquella petición de perdón que nos solicitó reconociendo que se había “equivocado”. Desde luego mucho se tiene que esforzar Rajoy de aquí al 20 de diciembre para quitarse de encima la pátina de mentiroso nada fiable con la que ha cubierto todo su cuerpo desde aquel noviembre de 2011. A Rajoy ya no hay quien le crea y está muy claro que si el PP quiere llegar a alcanzar un resultado que no llegue al ridículo desde luego no lo va a conseguir poniendo en primer plano a un sujeto que no es fiable y cuya actitud en la vida política se sustenta en la mentira y en las falsas promesas. No es mi intención “dar ideas” pero es la realidad.
Desde luego no puedo llegar a entender cuál era el estado anímico de César Sánchez y que le llevó a plantear públicamente sus deseos de que los políticos no deban estar presentes en aquellas adjudicaciones donde lo que priva es el dinero. Creo que debió traicionarle su subconsciente.
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