Recuerdos de mi juventud
No recuerdo quién, dijo dirigiéndose a los jóvenes: “¿Porqué os preocupáis por el futuro si no tenéis porvenir?”. Los últimos datos sobre la situación del paro en el segundo semestre de 2015 y según la Encuesta de Población Activa (EPA) nos indican que el paro en julio de 2011 se situaba por encima del 21% y en Julio de 2015 superaba el 22% y que el paro juvenil se movía alrededor del 50% añadiendo el dato de que en 1.657.000 familias todos sus miembros estaban en paro y que la inmensa mayoría de los contratos eran por un corto espacio de tiempo. La reacción del Gobierno y ante el hecho de que el paro había bajado durante el segundo trimestre en 295.000 personas ha sido apoteósica, la cosa va bien, muy bien, afirman a pesar de que hay más parados que en 2011 y que la cifra total de desempleados supera los 5,1 millones de personas. Hay un dato que no aporta la EPA y este no es otro que el de los centenares de miles de españoles que se han ido al extranjero en busca de mejores horizontes. Otro dato a tener en cuenta es la enorme cantidades de personas que vinieron a España en busca de trabajo y que hoy están volviendo a sus países de origen lo cual no habla mucho en favor de la eufórica actitud del Gobierno ya que estas personas está claro que han pensado que para pasar calamidades en España mejor se vuelven a su patria y las pasan junto a los suyos, pues no creo que vuelvan a su terruño porque ya se han hecho ricos.
Pero volviendo a la juventud he de decir que todo esto que está sucediendo me recuerda a mis años mozos, sin que esto quiera decir que tiempos pasados fueron mejores pero sí afirmar que eran bastante semejantes a los actuales. Eran malos pero te permitían soñar, hacer proyectos de futuro, porque se vislumbraba el acercamiento de tiempos mejores cosa que hoy no asoma por lado alguno. Recuerdo mis años de juventud cuando las parejas de novios hacíamos, durante las horas en que íbamos a visitar a la novia en su domicilio, cuando íbamos “festear”, planes de futuro, proyectos de futuro, y hablábamos de hacer una vida en común, hablábamos de comprarnos un pisito, de la cantidad de hijos que íbamos a tener, de cómo le íbamos a llamar a cada uno de ellos, de equipar nuestra casa con determinados electrodomésticos, de comprarnos un utilitario, incluso de viajar, y hasta de poseer una segunda vivienda, eran tiempos de ilusión y esperanza con un cierto fundamento, creo que hoy por hoy y a la vista de cómo va evolucionando la economía en nuestro país y de la total y absoluta situación de desgobierno que hay en España, con un Ejecutivo dirigido por un mentiroso que solo sirve a los intereses de los económicamente fuertes y con una borrachera de poder fuera de toda lógica, creo que hoy por hoy, repito, las conversaciones entre las jóvenes parejas no se fundamentaran en hacer esos planes de futuro que hacíamos sus padres, no conversarán sobre vivir en pareja ni sobre adquirir determinados bienes materiales, ni determinar el número de hijos, lo del pisito olvidado, mucho más lo de la segunda vivienda, en el caso del techo donde cobijarse como máximo pueden hablar de hacerlo como inquilinos, si es que tienen trabajo y pueden pagar un alquiler que en eso, en el disponer de un trabajo estable y decente está la madre del cordero, sin esto no hay proyecto de futuro que valga. No, creo que hoy las conversaciones de las parejas jóvenes en vías de unirse no discurrirán por la misma vía por lo cual lo hacían, no hace mucho, sus progenitores. Hoy sus conversaciones de “festeo” versarán sobre cuántos currículos han repartido durante la jornada para ver de conseguir una entrevista de trabajo o sobre que les ha salido un trabajo por tres horas al día durante una semana, o uno de fin semana, o y esto será motivo de jolgorio, que les han hecho un contrato de un mes a jornada completa, todo un acontecimiento. Un pequeño apunte más que nos demuestra como está el “percal”, el pasado día 24 y en el programa Espejo Público (EP) se ofreció en directo la contratación de un joven para trabajar como camarero en un restaurante, la propietaria del mismo le ofreció un trabajo como fijo discontinuo para laborar los fines de semana. Los que componían la mesa de EP se partían las manos aplaudiendo. ¡Un contrato como fijo discontinuo para trabajar solo los fines de semana! El muchacho tiene su futuro solucionado. Esto es lo que Rajoy define como “empleo de calidad”. Claro que menos da una piedra.
No, hoy por hoy está vigente esa frase dirigida a los jóvenes: “¿Porqué os preocupáis por el futuro si no tenéis porvenir?” No quiero sembrar el derrotismo. Hablo de la realidad actual.
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