"Ni pidas a quien pidió..."
Hoy, cuando tanto se habla de la conveniencia de que a la deuda griega se le efectúe una quita a fin de que el país heleno logre rehacer su maltrecha economía y pueda tener la esperanza de medio salir a flote y ante el empecinamiento de Alemania de que tal cosa no se lleve a efecto, no queda más remedio que recordar que el acuerdo sobre la deuda externa alemana de 1953 o Acuerdo de Londres de 1953, consistió en la quita o anulación de parte de la deuda externa alemana en un 62,6% tanto en las deudas contraídas en el periodo de entreguerras (Primera Guerra Mundial y Segunda Guerra Mundial) como las deudas resultantes de la postguerra –fin de la Segunda Guerra Mundial- por parte de 25 países acreedores.
Las negociaciones, celebradas en Londres, duraron del 27 de febrero hasta el 8 de agosto de 1953. El acuerdo recogía una quita sobre las deudas privadas alemanas tanto en el periodo anterior a la Segunda Guerra Mundial –que ascendían a 22.600 millones de marcos como la deuda de la posguerra estimada en 16.200. En total 38.800 millones de la época-. La reducción de la deuda en un 62,6% hizo que al final por diferentes causas solo quedaran pendientes de pago 14.500 millones de marcos (7.500 millones correspondientes a las deudas privadas contraídas antes de la guerra y 7.000 correspondientes a la postguerra). Acreedores internacionales, entre ellos Grecia perdonaron a Alemania un 63% de la deuda, después del genocidio y el terror que causó en este país, lo que permitió la reconstrucción de Alemania hasta convertirse en potencia mundial, lo que posibilitó su entrada en la entonces Comunidad Económica Europea, hoy y a raíz del tratado de Maastricht de 1993, Unión Europea, algo que en lo que respecta a la recuperación de Grecia no admite comparación alguna. A la vista de la actitud de la Merkel se puede afirmar que Grecia no va a salir del “bache”. Actualmente y según los expertos en política económica, Alemania adeuda a Grecia 163.000 millones de dólares, incluyendo los intereses por demora en el pago, por las reparaciones de guerra así como por los préstamos forzosos que Hitler obligó al gobierno títere de Grecia a hacer a Alemania. Mucho más de lo que hoy Grecia adeuda a Alemania.
Está claro que es hoy Alemania la que tiene en sus manos la economía europea. Ha pasado de ser beneficiaria de la “caridad” de otros países por la cuestión económica, sin olvidar que fue la gran beneficiada del Plan Marshall, a ser el país que fije el desarrollo económico del resto de los que conforman la UE. Hoy Alemania no controla a Europa bajo las siglas de las SS sino bajo las de la UE. Una Europa donde se dice, principalmente por el Gobierno de Rajoy, que sube la economía pero donde bajan los salarios, las pensiones y las prestaciones sociales. Una Europa en franca decadencia social y económica.
A través del recientemente celebrado referéndum griego, hemos podido comprobar cómo desde la urnas se puede vencer al capital, pero al mismo tiempo también hemos constatado, una vez más, como desde los foros económicos internaciones como es la UE, es el capital quien al final resulta ser el verdadero vencedor. Ante esto queda muy claro que el porqué no se ha llevado a la práctica aquella “resolución” de la UE de acabar con los paraísos fiscales. Es el capital, asentado en la tierra y en el paraíso, quien controla a los gestores de la Unión Europea.
Volviendo a la cerril y caciquil actitud de la Merkel se puede hacer bueno aquello que dice: “Ni pidas a quien pidió. Ni sirvas a quien sirvió”.
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