El espíritu de todos
Ángel Berazadi Urbe, Elgoibar, 20 días secuestrado y asesinado por ETA. Javier Ibarra y Berge, Bilbao, 31 días secuestrado y asesinado por ETA. Alfredo Ramos, Baracaldo, 1 día secuestrado y asesinado por ETA. J. M. Pérez Urueta, San Sebastián, 1 día secuestrado y asesinado por ETA. José María Ryan, Lemoniz, 8 días secuestrado, torturado y asesinado por ETA. Alberto Martín, Bilbao, 14 días secuestrado y asesinado por ETA.
Pasados unos días de la conmemoración del décimo aniversario del asesinato de Miguel Ángel Blanco Garrido, que estuvo 48 horas secuestrado y fue asesinado por ETA, me ha parecido oportuno y conveniente recordar a personas fallecidas en las mismas circunstancias, secuestro y posterior asesinato, sin olvidarme del resto de las centenares de víctimas mortales de ETA, y lo he considerado oportuno y conveniente, repito, porque los dirigentes del Partido Popular se olvidan de que todos eran hijos de un mismo Dios y de un mismo país y que todas y cada una de las víctimas que fueron secuestradas y asesinadas pasaron por el mismo calvario que pasó Miguel Ángel Blanco, para la mayoría de ellos el sufrimiento duro más, mucho más. Todas ellas eran personas con sus circunstancias personales y familiares y resulta francamente hasta un tanto insultante para su memoria que el Partido Popular haya decidido polarizar la atención de la sociedad española en dos asesinatos concretos: El de Miguel Ángel Blanco y el de Gregorio Ordoñez. Dos asesinatos que la derecha está utilizando de forma perversa y que cada vez que se conmemoran se convierten en una especie de confabulación para desde todos los sectores de la derecha atacar al Gobierno socialista.
Creo que no se ayuda a la sociedad española cuando desde esas fundaciones, la de Miguel Ángel Blanco y la de Gregorio Ordoñez, se critica públicamente la, según ellos, inoperancia del Gobierno de Zapatero en su lucha contra los terroristas. Lo único que consiguen es que el enemigo de todos a batir, ETA, se sienta satisfecho y más fuerte, al comprobar como dividen a la sociedad española desde esas fundaciones que no deben ser para atacar a un gobierno democrático y que está demostrando eficacia en su lucha contra el terrorismo, sino que deben servir para los fines que motivaron su fundación y que he tenido ocasión de leer en sus estatutos y en ninguno de ellos se dice que uno de esos fines es el de atacar e insultar de continuo al gobierno de España.
Con todos mis respetos he de decir que nunca he tenido claro que era y que se pretendía con lo del “espíritu de Ermua”. Dijeron que era para unir a los demócratas contra los violentos pero siempre tuve mis dudas de que esto se pudiera conseguir. Para mi el “espíritu” está donde todos y cada uno de los asesinados por ETA fueron abatidos. Está en Elgoibar, en Bilbao, en Baracaldo, en San Sebastián, en Lemoniz, en Bilbao y en todas y cada una de las ciudades de España donde ETA asesinó a personas inocentes.
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