Tibieza no, firmeza, sí
Es evidente que al Gobierno de Zapatero, está observando una actitud de respeto y consideración con la derecha de este país que en absoluto se ve correspondida.
El ejecutivo de Rodríguez Zapatero, pone especial cuidado en que las leyes que promulga no supongan una imposición pura y dura para nadie sino todo lo contrario. Imprime, en mi opinión, un excesivo grado de flexibilidad a la hora de que las mismas sean puestas en práctica y particularmente un cierto tono de ambigüedad en cuanto a la obligatoriedad de hacer valer su contenido tal y como en las mismas se contempla.
Ocurrió primero con la Ley sobre el Tabaco, su grado de efectividad ha quedado totalmente nulo debido a que en muchas comunidades autónomas, principalmente en las gobernadas por el Partido Popular, su capacidad disuasoria en lo referente a la prohibición de fumar en espacios cerrados muy frecuentados es mínima. Lejos de evitar la excesiva concentración de los humos del tabaco, la ha aumentado. Fue un error el dejar a la libre elección de los propietarios de los establecimientos públicos el permitir fumar o no a sus clientes. La Ley favoreció a los que no colaboraron con ella, es decir a aquellos que sí permitieron fumar en sus establecimientos. Lógicamente los que en principio acataron dicha Ley no tuvieron más remedio que hacer marcha atrás si no querían poner en peligro sus negocios.
Otro tanto está ocurriendo con la asignatura de Educación para la Ciudadanía (EpC). La permisividad de que la misma se pueda comenzar a impartir hasta el 2009 ha provocado que las autonomías en manos del Partido Popular se hayan acogido a la fecha máxima para proceder a incluirla en los planes de estudio. Queda claro que una vez más el Gobierno ha sido muy considerado a la hora de aplicar una ley. Esto ha provocado que una vez más la derecha se aproveche de esta circunstancia para frenar una ley progresista cuyo fin es el de formar al ciudadano en el respeto a los demás, en su autoestima, en la solidaridad y en todo lo que conforman las normas que lleven a la sociedad a un grado de convivencia que destierre de una vez por todas todos los egoísmos, odios y rencores y que nos lleve a un mundo mejor.
Al Gobierno de Zapatero, le quedan ocho meses para sacar adelante la Ley de la Memoria Histórica. Una ley que todos aquellos que aman la libertad y los derechos de las personas están esperando sea aprobada y que la misma no sea configurada desde planteamientos tibios pero sí desde la firmeza, una firmeza que debe estar exenta de radicalismos y que de verdad haga justicia a aquellos que fueron víctimas de la represión, de la falta de libertad y justicia y de la conculcación de sus derechos como seres humanos. El Gobierno debe mostrarse firme y hacer que esta ley no pueda ser manipulada ni mucho menos desvirtuada o recortada en aquello que suponga devolver a las víctimas del franquismo su dignidad y su libertad estén donde estén, vivos o muertos. Está claro que la derecha, por mucho que el Gobierno pretenda hacer que esta ley sea aceptada por todos, no la va a aceptar ya que esta ley va a ser una especie de fotografía donde se van a ver reflejadas las barbaridades y atrocidades cometidos contra personas cuyo único delito fue el de ejercer su derecho a pensar y a expresarse libremente.
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