Legalizar a los inmigrantes
El Partido Popular ha anunciado que si gobierna prohibirá las regularizaciones masivas. Lo de “prohibirá” no lo entiendo muy bien a no ser que aparte del Gobierno de España las Comunidades Autónomas lo puedan hacer también. Si no lo pueden hacer el PP debería cambiar “prohibirá” por lo de “no hará”.
Esto lo hace el PP para contentar a todos aquellos que critican y no están de acuerdo en que los inmigrantes sin papeles sean atendidos por la Seguridad Social en sus centros de salud y hospitales y se les provea de medicinas porque dicen que esto nos cuesta dinero a los españoles, y añado yo, y a los inmigrantes también, ya que centenares de miles de ellos también cotizan a la Seguridad Social. Evidentemente esto seguirá si el PP se empecina en que no se regularice a nadie más, lo que supone restar y no sumar, pero la realidad es que cada emigrante que se regularice es un cotizante más (suma) que añadir y una entrada de dinero a las arcas de la Seguridad Social.
La última regularización llevada a cabo por el Gobierno de Zapatero le supuso a la Seguridad Social un aumento en la recaudación del orden de los 114 millones de euros al mes, a esto se le pueda llamar sumar y no restar, lo que viene en buena medida a reducir ese déficit que se produce como consecuencia de la situación irregular de los inmigrantes que originan un gasto social y económico sin ningún tipo de correspondencia por su parte. Estos ingresos vienen también a mejorar el sistema de pensiones y lo que es más importante, contribuye a reforzar la dignidad de esas personas que se hallan en una situación no deseada por ellas. La absurda teoría de que los inmigrantes vienen a quitarle el trabajo a los españoles se cae por su propio peso cuando vemos cual es el tipo de trabajo que desarrollan y que no quieren hacer los españoles estando en una misma situación pero mejor pagados que un inmigrado, aspecto este de todo punto injusto pues todo el que trabaja debe tener los mismo derechos y por supuesto el mismo salario que los demás.
Los que mantienen que la inmigración es un factor negativo para el desarrollo económico y social de España se equivocan cuando afirman tal cosa. No hay más que ver como tanto desde el sector agrícola como desde el sector secundario, demandan al Gobierno de España más mano de obra extranjera. Muchos sectores económicos de la UE también lo piden a sus gobiernos. En España, los españoles han encaminado su vida laboral hacia el sector terciario y al de las Administraciones Públicas, dejando de lado el sector primario y el secundario y esto, indudablemente, debe ser cubierto por alguien puesto que son sectores fundamentales para el desarrollo económico y por tanto social. A nadie se le escapa y así lo han puesto de manifiesto publicaciones especializadas que el Producto Interior Bruto (PIB) per cápita ha crecido en España, desde el año 1995, por la inmigración.
No se puede hacer lo que el PP pretende por contentar a unos cuantos intransigentes xenófobos.
Esto lo hace el PP para contentar a todos aquellos que critican y no están de acuerdo en que los inmigrantes sin papeles sean atendidos por la Seguridad Social en sus centros de salud y hospitales y se les provea de medicinas porque dicen que esto nos cuesta dinero a los españoles, y añado yo, y a los inmigrantes también, ya que centenares de miles de ellos también cotizan a la Seguridad Social. Evidentemente esto seguirá si el PP se empecina en que no se regularice a nadie más, lo que supone restar y no sumar, pero la realidad es que cada emigrante que se regularice es un cotizante más (suma) que añadir y una entrada de dinero a las arcas de la Seguridad Social.
La última regularización llevada a cabo por el Gobierno de Zapatero le supuso a la Seguridad Social un aumento en la recaudación del orden de los 114 millones de euros al mes, a esto se le pueda llamar sumar y no restar, lo que viene en buena medida a reducir ese déficit que se produce como consecuencia de la situación irregular de los inmigrantes que originan un gasto social y económico sin ningún tipo de correspondencia por su parte. Estos ingresos vienen también a mejorar el sistema de pensiones y lo que es más importante, contribuye a reforzar la dignidad de esas personas que se hallan en una situación no deseada por ellas. La absurda teoría de que los inmigrantes vienen a quitarle el trabajo a los españoles se cae por su propio peso cuando vemos cual es el tipo de trabajo que desarrollan y que no quieren hacer los españoles estando en una misma situación pero mejor pagados que un inmigrado, aspecto este de todo punto injusto pues todo el que trabaja debe tener los mismo derechos y por supuesto el mismo salario que los demás.
Los que mantienen que la inmigración es un factor negativo para el desarrollo económico y social de España se equivocan cuando afirman tal cosa. No hay más que ver como tanto desde el sector agrícola como desde el sector secundario, demandan al Gobierno de España más mano de obra extranjera. Muchos sectores económicos de la UE también lo piden a sus gobiernos. En España, los españoles han encaminado su vida laboral hacia el sector terciario y al de las Administraciones Públicas, dejando de lado el sector primario y el secundario y esto, indudablemente, debe ser cubierto por alguien puesto que son sectores fundamentales para el desarrollo económico y por tanto social. A nadie se le escapa y así lo han puesto de manifiesto publicaciones especializadas que el Producto Interior Bruto (PIB) per cápita ha crecido en España, desde el año 1995, por la inmigración.
No se puede hacer lo que el PP pretende por contentar a unos cuantos intransigentes xenófobos.
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