Hacia una España Mejor

martes, noviembre 13, 2007

Libre mercado


Hace unos días el presidente del Gobierno compareció en el Senado y respondió a una interpelación del Partido Popular que sobre la subida de los precios se le hizo. El portavoz popular, Pío García-Escudero Márquez, por cierto he mirado en el diccionario el significado de la palabra Pío y entre otras tiene la siguiente acepción: “adj. Se dice del caballo, mulo o asno cuyo pelo blanco en su fondo, presenta manchas más o menos extensas de otro color”. Evidentemente este no es el caso de Pío García-Escudero ya que como es notorio el hombre esta prácticamente calvo. La alusión al diccionario la hago como una especie de nota por la curiosidad de uno de los significados de la palabra Pío. Pero me estoy enrollando. Usted perdone. A lo que iba. El portavoz del PP le preguntó a Zapatero que es lo que pensaba hacer para frenar la subida de los precios de los productos alimenticios y viendo y escuchando al vocero popular me acordé de un artículo publicado por Aznar en el diario La Nueva Rioja el 23-2-1979 en el que decía lo siguiente: “Tal como está redactada la Constitución, los españoles no sabemos si nuestra economía va a ser de libre mercado o, por el contrario, va a deslizarse por peligrosas pendientes estatificadoras y socializantes”. Al parecer lo que Pío venía a pedir en su intervención es que el Gobierno interviniera y frenara la subida de los precios, estatificando y socializando, es decir promoviendo el intervencionismo del Gobierno, del Estado, cuando nuestra Constitución, por mucho que diga Aznar, que por cierto no la votó, dice bien claro que nos regimos por el libre mercado y libre mercado “se conoce a aquél donde el precio de cada bien o servicio es acordado por el consentimiento mutuo de los vendedores y de los compradores”. No hay más que echarle un vistazo a las leyes de la oferta y la demanda. El concepto se opone al de mercado regulado, donde la fuente (suministros), el precio o la decisión de qué bienes deben ser producidos son fijados por el Gobierno, o una empresa (monopolio) o varias (oligopolio).
Esta derecha desnortada y su cerril forma de hacer oposición les lleva hasta el extremo de plantear socializar y estatificar a España convirtiendo en estatal una empresa o unos bienes privados o transferir al Estado u otro órgano colectivo las propiedades, industrias, etc., particulares. Ahí sí, ahí es cuando un Gobierno puede fijar los precios de todos y cada uno de los bienes de consumo. Pero claro eso supondría un duro golpe a nuestro actual modelo de Estado. Yo recuerdo que cuando las patatas subían mucho de precio y en la posguerra la pata era la patata, o sea la patata nuestra de cada día, Franco traía barcos y barcos llenos de patatas procedentes de Holanda. El precio bajaba, pero los agricultores y los jornaleros del campo se quedaban sin poder cultivar los primeros y sin trabajo los segundos. Era peor el remedio que la enfermedad.
Después de escribir lo antes dicho, me queda la sensación que esa acepción de la palabra Pío si se le podría aplicar al portavoz del grupo popular en la Cámara Alta.