Hacia una España Mejor

martes, diciembre 18, 2007

Matar a la gallina


Los españoles somos muy dados al chascarrillo, al chiste fácil y al comentario jocoso. Digo esto por lo que se ha montado con lo del ministro de Economía, Pedro Solbes, por lo del euro de propina. Solbes tiene razón, la mayoría de los españoles no hemos interiorizado el valor de un euro y sobre ello se pueden dar mil y un ejemplos.
Pero no es de esto de lo que voy a habar, si no de la incidencia que en la inflación está produciendo el “redondeo” del euro en nuestro país. Evidentemente no somos los consumidores los que provocamos el aumento de la inflación si no que son los vendedores de bienes y equipos de consumo los que sí han “interiorizado” el valor del euro sobre todo en lo que se refiere a esos “pocos” e “insignificantes” “céntimos” de euro de “redondeo” que son un mucho traducido al valor de las antiguas pesetas.
A mi me da la impresión de que los que nos proveen de todo tipo de mercancías, desde los comestibles hasta los electrodomésticos, están matando a la gallina de los huevos de oro. No es necesario poner especial énfasis al decir que los salarios no han subido desde que se implantó el euro en la misma proporción en que el “redondeo” del euro ha incidido en los precios. Esto sin duda alguna llevará a una recesión en el consumo que ocasionará una crisis económica y por tanto de supervivencia, en los sectores implicados en la elaboración de todo lo que consumimos y en las cadenas de distribución y venta.
La avaricia rompe el saco y el comerciante parece no darse cuenta de que debe cuidar al cliente, al consumidor, ya que este es una pieza fundamental, básica para ser más exacto, para que la economía funcione y por tanto para generar de continuo esa dinámica de consumo que hace que sus industrias, sus comercios, mantenga el ritmo de productividad y de ventas y por tanto de crecimiento. Un crecimiento que debe ser atemperado a la realidad de los bolsillos, del poder adquisitivo, de los consumidores. Exprimir los recursos económicos del consumidor es un error que puede llevarles a la pérdida de sus negocios. Los acelerados crecimientos económicos en lo que afecta a los precios de lo que consumimos suelen deparar unos beneficios para la economía de los comerciantes que pueden ser para estos pan para hoy y hambre para mañana. El dinero que deja de entrar en el cajón de la caja registradora suele provocar la rápida salida del que ya entró. Hay que cuidar a la gallina de los huevos de oro, al consumidor.