La edad penal
Esto de copiar el programa electoral que le dio la victoria a Sarkozy en Francia, le va a costar un serio disgusto a Mariano Rajoy que todavía no se ha dado cuenta de que aún no ha cumplido el francés su primer año como presidente de Francia, le faltann tres meses para ello, y su popularidad y su credibilidad están cayendo en picado. Y todo porqué: Por que su política como ministro del Interior ya fue nefasta en lo concerniente a la inmigración y a la observancia de las leyes penales y lo sigue siendo.
Pero la derecha española, presuntamente liderada por Rajoy, que nunca ha tenido un programa de Gobierno a pesar de haberlo asegurado desde la oposición, ha tenido que ir deprisa y corriendo y pedirle a Sarkozy el suyo. Nada más regresar Rajoy de Francia salió el tema del contrato de los inmigrantes y lo de la rebaja de la edad penal.
El compromiso electoral de Rajoy de rebajar la edad penal a los 12 años de edad es una solemne barbaridad y no hace falta ser ningún ilustrado en leyes para así decirlo. Dice Rajoy que se aplicará esta rebaja en todos aquellos menores que hayan cometido delitos graves. A mi modo de ver las cosas lo de establecer si es grave o no cualquier acto delictivo cometido por un menor de esta edad, salvo claro está los que desemboquen en el asesinato, es algo muy expuesto ya que la gravedad va unida al grado de madurez del menor en cuestión y de si este está o no en disposición de saber distinguir el bien del mal y de darse cuenta que si lo que ha hecho rebasa los límites del respeto que debe guardar a sus semejantes, a sus bienes, a su integridad física y en definitiva a su vida.
Alguien ha dicho por ahí que con Rajoy ¡todos a la cárcel! Quien esto dice no ha dicho ninguna tontería, ya que si se fuera rebajando la edad penal podría llegarse al extremo de que se pudiera condenar por terrorismo a aquel bebé que por ser un llorón tiene a sus padres en vela una noche tras otra. Permítaseme la broma pero cosas más raras se han visto.
Lo que se necesita es formación ciudadana. Viviendas dignas en barrios dignos y no guetos. Centros de enseñanza y medios económicos para dotarlos de todo lo necesario para la formación integral de las personas desde su edad más temprana. Trabajo y salarios dignos para sus padres para que puedan darles el mínimo indispensable para que dispongan de una buena educación. Lugares donde puedan desarrollar actividades culturales y donde poder pasar sus ratos de ocio en sana convivencia. Esto es lo que no ha hecho Sarkozy. El francés hace y aplica leyes y evidentemente esto produce el rechazo de la sociedad porque la mejor forma de evitar el promulgar o modificar más y más leyes de naturaleza penal es destinar los medios necesarios para que la gente viva y se eduque adecuadamente. Si esto así se hace no harán falta tantas leyes, ni tantas cárceles ni tantos centros de acogida –en realidad más bien son centros de internamiento- para menores. Sarkozy se equivocó y Rajoy lleva comino de equivocarse. La cárcel no es la solución. Hay otras.
Pero la derecha española, presuntamente liderada por Rajoy, que nunca ha tenido un programa de Gobierno a pesar de haberlo asegurado desde la oposición, ha tenido que ir deprisa y corriendo y pedirle a Sarkozy el suyo. Nada más regresar Rajoy de Francia salió el tema del contrato de los inmigrantes y lo de la rebaja de la edad penal.
El compromiso electoral de Rajoy de rebajar la edad penal a los 12 años de edad es una solemne barbaridad y no hace falta ser ningún ilustrado en leyes para así decirlo. Dice Rajoy que se aplicará esta rebaja en todos aquellos menores que hayan cometido delitos graves. A mi modo de ver las cosas lo de establecer si es grave o no cualquier acto delictivo cometido por un menor de esta edad, salvo claro está los que desemboquen en el asesinato, es algo muy expuesto ya que la gravedad va unida al grado de madurez del menor en cuestión y de si este está o no en disposición de saber distinguir el bien del mal y de darse cuenta que si lo que ha hecho rebasa los límites del respeto que debe guardar a sus semejantes, a sus bienes, a su integridad física y en definitiva a su vida.
Alguien ha dicho por ahí que con Rajoy ¡todos a la cárcel! Quien esto dice no ha dicho ninguna tontería, ya que si se fuera rebajando la edad penal podría llegarse al extremo de que se pudiera condenar por terrorismo a aquel bebé que por ser un llorón tiene a sus padres en vela una noche tras otra. Permítaseme la broma pero cosas más raras se han visto.
Lo que se necesita es formación ciudadana. Viviendas dignas en barrios dignos y no guetos. Centros de enseñanza y medios económicos para dotarlos de todo lo necesario para la formación integral de las personas desde su edad más temprana. Trabajo y salarios dignos para sus padres para que puedan darles el mínimo indispensable para que dispongan de una buena educación. Lugares donde puedan desarrollar actividades culturales y donde poder pasar sus ratos de ocio en sana convivencia. Esto es lo que no ha hecho Sarkozy. El francés hace y aplica leyes y evidentemente esto produce el rechazo de la sociedad porque la mejor forma de evitar el promulgar o modificar más y más leyes de naturaleza penal es destinar los medios necesarios para que la gente viva y se eduque adecuadamente. Si esto así se hace no harán falta tantas leyes, ni tantas cárceles ni tantos centros de acogida –en realidad más bien son centros de internamiento- para menores. Sarkozy se equivocó y Rajoy lleva comino de equivocarse. La cárcel no es la solución. Hay otras.
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