La quimera del centro
No, no voy a ponerme yo aquí y ahora a analizar el resultado del Congreso del Partido Popular celebrado este fin de semana en Valencia. Ni tampoco a comentar la somanta de palos que Aznar le propinó a Rajoy. Ni mucho menos el que se haya dado el hecho de que Rajoy ha batido un record histórico de obtención de votos en blanco en unas elecciones a presidente del Partido Popular. Ni, líbreme Dios, me atreveré ni tan siquiera a señalar que a Rajoy no se le han acabado los problemas en el seno del partido que va a continuar presidiendo, No, esto lo dejo para otros más doctos que yo en el análisis político.
Pero sí me voy a atrever a hablar de esa quimera, como usted sabe quimera significa “ilusión, fantasía que se cree posible, pero que no lo es”, esa quimera, repito, en la que ha acabado convirtiéndose ese posicionamiento de partido de centro que en cada Congreso que celebran los populares sale y que nunca llega a materializarse. Y buena prueba de ello es que en este último Rajoy lo ha pretendido también. Pero mira por donde el presidente de honor del Partido Popular, José María Aznar, se planta delante del atril y les dice a los asistentes al Congreso que el PP siempre ha estado en el centro. Aznar siempre ha sido un centrista. Ha centrado, todo lo que ha podido y más, su figura y su autoridad dentro del Partido Popular. Hasta ahí, y no más allá, ha llegado su centrismo. Bueno si, ha llegado hasta el egocentrismo. Claro que esto resulta complicado a la hora de intentar insertarlo en el pensamiento de los españoles porque por mucho que Rajoy se haya desecho de los Acebes, Zaplana, San Gil y Astarloa y otros que están aún vivos por ahí, a los populares les va a seguir siendo muy difícil borrar ese estigma de derecha pura y dura que les ha puesto en evidencia ante los españoles desde siempre. Ahí siguen estando los Aguirre, Mayor Oreja, Arias Cañete y los cuatro, hay muchísimos más, a los que antes me he referido que Rajoy ha apartado pero que sin duda van a seguir dando guerra y el más importante de todos ellos: José María Aznar, que aún a pesar de haberse montado en el dólar, o en el euro, lo mismo da, no quiere renunciar a su liderazgo dentro del partido y quiere seguir manteniendo su preponderante posición de líder, que lo es, del partido que, en teoría, va a seguir capitaneando Mariano Rajoy. Además, con solo echarle un vistazo a la nueva dirección del PP se puede ver muy claramente que son los mismos de siempre. Estos ya ocuparon cargos orgánicos y públicos en la época de Aznar. Y quiero acabar con unas palabras dirigidas a Rajoy: Mariano, a quien Dios se la de, San Pedro se la bendiga. Que le sea a usted leve.
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