Madre coraje
Hoy me apetece escribir sobre la vida real y no sobre política que en la mayoría de los casos es pura utopía. Por ello comienzo diciendo que acabo de ver en el informativo de una emisora de televisión local una manifestación ante el edificio que albergan los distintos juzgados aquí en Elche, de un grupo de empleadas que se encargan de la limpieza de los mismos, porque la consejería de Justicia de la Generalitat Valenciana no les paga sus salarios desde hace tres meses. En el acto de protesta han entrevistado a algunas de estas trabajadoras y me ha llamado la atención lo que una de ellas ha manifestado refiriéndose a su situación familiar como consecuencia de este impago. Esta señora dijo que ella necesitaba el dinero porque estaba divorciada y tenía tres hijos menores a su cargo y que el único dinero que entraba en su casa era el generado por el desempeño de este trabajo. De ello deduzco que no percibe ningún tipo de ayuda del padre de sus tres hijos.
Ante la situación de esta madre trabajadora, me pregunto si es ella el arquetipo de la madre coraje que lucha en solitario para sacar a sus hijos adelante, o por el contrario el concepto de madre coraje hay que adjudicárselo a esa señora tan famosa que está ganando mucho dinero en televisión y que además recibe una sustanciosa pensión mensual para su única hija por parte del padre de la niña y que actualmente se halla, según ella, felizmente casada con otro hombre, contando, además, con el apoyo moral de muchísima gente que la considera como el paradigma de ser una “madre coraje” y para mayor abundancia, como la genuina representante de la madre española, cuando otros muchos opinan, opinamos, que solamente representa a la España ignorante, vulgar e insolidaria.
Yo, puesto a elegir y a hacer justicia, y en el caso de ser mujer, me vería más reflejado como “madre coraje” en esa mujer que trabaja muy duro y muchas horas fregando pasillos y que se encuentra sin cobrar su salario desde hace meses y tiene a su cargo tres hijos menores, y que por cierto no se va de crucero para relajarse y olvidarse sus problemas. Lo demás son fenómenos sociales televisivos que no son más que puro artificio con fecha de caducidad y cuya “desgracia” para sí quisieran muchas mujeres separadas y con hijos a su cargo. Pero claro, no hay que olvidar que estamos inmersos en una sociedad a la cual no le gustan que le hablen de desgracias, de miserias y de tragedias. Así nos luce el pelo a todos.
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