¿Se burlan de la justicia?
“He tenido que contenerme para no decir cómo calificaría la sentencia del Tribunal Constitucional (TC) en torno a la legalización de las listas de Bildu”. “Tenemos que respetar la decisión pero el silencio es por prudencia”. “No habría términos en el diccionario para hablar de los seis magistrados”. Así se manifestaba el Coordinador de Justicia y Libertades Públicas del Partido Popular, Federico Trillo, para expresar públicamente su desacuerdo con la decisión del TC en lo referente al visto bueno que este tribunal dio a Bildu. Yo no sé si esta forma de expresarse por parte del responsable de Justicia de un partido político, en este caso del PP, contribuye a que los españoles tengamos una visión objetiva en lo que respecta al respeto que hay que guardar a la Administración de Justicia en todo su conjunto, y principalmente a tener en cuenta hasta qué punto ese respeto debe de manifestarse según nos vaya en el plano político o civil. En cualquier caso creo que estas críticas de Federico Trillo, solo contribuyen no ya a que la gente vuelva a pensar en aquello que dijo aquel alcalde jerezano llamado Pedro Pacheco, de que la Justicia era un cachondeo sino a que la Justicia sea tomada a cachondeo. En ambos casos la Justicia sale muy mal parada.
“Cuando gano vengan bollos y cuando pierdo es que me roban”. Recuerdo este viejo dicho porque los españoles aún tenemos fresca en la memoria aquella decisión del juez de la Audiencia Nacional, Fernando Grande-Marlaska, admitiendo ante el Tribunal Supremo que “el ex ministro de Defensa, Federico Trillo, carece de responsabilidad penal en la causa que investiga las irregularidades que pudieron cometerse en la contratación del Yakolev-42, ya que no participó en esta tarea que correspondió exclusivamente al Estado Mayor Conjunto (Emacon)”. Por lo visto es que el Emacon no era o es una institución militar, a lo mejor era una ONG y por este motivo el entonces ministro de Defensa no tuvo el menor grado de responsabilidad en el fallecimiento de aquellos 62 soldados españoles a los que obligaron a viajar en un ataúd volante y cuyos cuerpos fueron devueltos a sus familiares de forma total y absolutamente aleatoria, probablemente los médicos forenses, que eran militares, no tenían nada que ver con el ministerio de Defensa. De ahí lo que anteriormente señalo de que cada cual califica a la Justicia según le va. No se quejó Trillo de la decisión del juez de la Audiencia Nacional porque ese dictamen le favorecía y sí se queja de la resolución del TC que no ha salido como en el PP querían. Hay otros partidos que tampoco han recibido esta decisión del TC con mucha alegría que digamos, pero han tenido la prudencia de no emplear calificativos con términos muy peyorativos que ponen en tela de juicio a aquellos que están al cargo de que todos los preceptos constitucionales se cumplan. Esos otros partidos lo han acatado sin más. Pero en el PP ya es una constante el juzgar, con una total y absoluta falta de respeto, a los que juzgan.
Pero el que en aquella ocasión degustó y se engulló los blandos “bollos” ahora se permite protestar y hasta dejar mal parado al Tribunal Constitucional. Pero hay una cosa que me tiene preocupado: ¿Qué podría pasar si a cualquier ciudadano de a pie se le ocurriera expresarse de la misma forma en que lo ha hecho Trillo? A Pacheco lo “marearon” bastante por lo que dijo.
“Cuando gano vengan bollos y cuando pierdo es que me roban”. Recuerdo este viejo dicho porque los españoles aún tenemos fresca en la memoria aquella decisión del juez de la Audiencia Nacional, Fernando Grande-Marlaska, admitiendo ante el Tribunal Supremo que “el ex ministro de Defensa, Federico Trillo, carece de responsabilidad penal en la causa que investiga las irregularidades que pudieron cometerse en la contratación del Yakolev-42, ya que no participó en esta tarea que correspondió exclusivamente al Estado Mayor Conjunto (Emacon)”. Por lo visto es que el Emacon no era o es una institución militar, a lo mejor era una ONG y por este motivo el entonces ministro de Defensa no tuvo el menor grado de responsabilidad en el fallecimiento de aquellos 62 soldados españoles a los que obligaron a viajar en un ataúd volante y cuyos cuerpos fueron devueltos a sus familiares de forma total y absolutamente aleatoria, probablemente los médicos forenses, que eran militares, no tenían nada que ver con el ministerio de Defensa. De ahí lo que anteriormente señalo de que cada cual califica a la Justicia según le va. No se quejó Trillo de la decisión del juez de la Audiencia Nacional porque ese dictamen le favorecía y sí se queja de la resolución del TC que no ha salido como en el PP querían. Hay otros partidos que tampoco han recibido esta decisión del TC con mucha alegría que digamos, pero han tenido la prudencia de no emplear calificativos con términos muy peyorativos que ponen en tela de juicio a aquellos que están al cargo de que todos los preceptos constitucionales se cumplan. Esos otros partidos lo han acatado sin más. Pero en el PP ya es una constante el juzgar, con una total y absoluta falta de respeto, a los que juzgan.
Pero el que en aquella ocasión degustó y se engulló los blandos “bollos” ahora se permite protestar y hasta dejar mal parado al Tribunal Constitucional. Pero hay una cosa que me tiene preocupado: ¿Qué podría pasar si a cualquier ciudadano de a pie se le ocurriera expresarse de la misma forma en que lo ha hecho Trillo? A Pacheco lo “marearon” bastante por lo que dijo.
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