Sin polémicas

Hace unos días publiqué un artículo titulado “Poca memoria o poca dignidad” y sobre el mismo recibí distintas opiniones, incluida alguna crítica nada favorable a mi comentario.
Los que hayan leído dicho artículo recordarán que me refería al hecho del apoyo mutuo que se han prestado CiU y PP para hacerse con algunas alcaldías en Cataluña a favor de ambas formaciones. En lo escrito resaltaba el hecho del “enamoramiento” que parecía existir entre estos dos partidos y lo frágil que es la memoria manifestando a este respecto que parece ser que en CiU ya no se acordaban de los insultos al catalán y a Cataluña y de los ataques al Estatut. Sin ánimo de entrar en polémicas y respetando el derecho que a todos les asiste a la hora de opinar, decir que una de esas críticas se refería al hecho de que, según su autor, CiU y PP lo que habían hecho era limitarse a guardar el respeto mutuo a dar la alcaldía al partido más votado, cosa que no me parece mal, pero es que la actitud posterior del PP al apoyar en el Parlament Catalá la tramitación de los presupuestos de 2011 me confirma que este apoyo a la recíproca es de conveniencia y no por un sentido ético y de respeto. Es evidente que al Gobierno catalán, a CiU, le interesa el que sus presupuestos obtengan el mayor apoyo por parte de los grupos que componen el Parlament, como interesante es para el PP ir preparándose la “cama” para tener el apoyo de CiU en las Cortes Generales, Congreso y Senado, por si se diera el caso de que el PP ganara las elecciones generales a celebrar en marzo de 2012 sin la mayoría suficiente. No tengo por norma responder a nadie, porque siempre agradezco la atención que se presta mis escritos sean mejor o peor recibidos o entendidos, pero considero que en esta ocasión era necesario hacerlo.
Creo, y espero que nadie se moleste, que el título de aquel artículo mío “Poca memoria o poca dignidad” sigue vigente y tiene sentido. La política hay que entenderla, no digo que yo la entienda y los demás no, largos y tortuosos son sus caminos, pero en ocasiones se acierta a pesar de que alguien pueda opinar lo contrario o intente justificar lo que no tiene justificación.