¿Quién le pone el cascabel al gato?
Parce ser que a Mariano Rajoy le está entrando eso que se llama sentido de Estado y por tanto el ejercicio de la responsabilidad. Últimamente se está mostrando de acuerdo con Zapatero hasta el extremo de que ha variado aquel antiguo discurso de que España estaba en grave riesgo de ser rescatada al igual que Irlanda, Grecia y Portugal, de tan agoreros anuncios ha pasado a reconocer públicamente que tal peligro no se va a dar y que España, con las normales alteraciones, dadas las circunstancias, va a salir adelante.
Pero hay algo digno de resaltar y es que Rajoy, además, ha dicho que no se debe crear ningún tipo de alarma ni fuera ni dentro de España, esto es algo que él puede impedir perfectamente, basta con que le diga a Cristóbal Montoro que deje de vaticinar todo tipo de cataclismos económicos con su discurso derrotista y a Aznar que deja de ir por esos mundos de Dios diciendo que España es un desastre y espantando a los posibles inversores. Al primero es fácil hacerle callar, creo que Rajoy ejerce sobre Montoro la suficiente autoridad para decirle que calladito está más guapo, lo malo es que a ver como se lo dice a Aznar, aquí, con este la cosa ya es más difícil y no creo que Rajoy se atreva tan siquiera a pedirle a Aznar que se modere, aunque sea un poquito, y que no venda a España a precio de saldo como lo viene haciendo, si es necesario, que lo será, debe hasta de rogárselo, pero no quisiera estar en el pellejo de Rajoy a la hora de, si se atreve, que no, a hablarle a Aznar, aunque sea pidiéndole disculpas de antemano, para que se comporte de otro modo cuando visitando a otros países hable de España, pero… ¿quién le pone el cascabel al gato? ¡Ah! Sobre todo cuando ese gato es más agresivo, fiero y astuto que el gato Zapirón.
Pero hay algo digno de resaltar y es que Rajoy, además, ha dicho que no se debe crear ningún tipo de alarma ni fuera ni dentro de España, esto es algo que él puede impedir perfectamente, basta con que le diga a Cristóbal Montoro que deje de vaticinar todo tipo de cataclismos económicos con su discurso derrotista y a Aznar que deja de ir por esos mundos de Dios diciendo que España es un desastre y espantando a los posibles inversores. Al primero es fácil hacerle callar, creo que Rajoy ejerce sobre Montoro la suficiente autoridad para decirle que calladito está más guapo, lo malo es que a ver como se lo dice a Aznar, aquí, con este la cosa ya es más difícil y no creo que Rajoy se atreva tan siquiera a pedirle a Aznar que se modere, aunque sea un poquito, y que no venda a España a precio de saldo como lo viene haciendo, si es necesario, que lo será, debe hasta de rogárselo, pero no quisiera estar en el pellejo de Rajoy a la hora de, si se atreve, que no, a hablarle a Aznar, aunque sea pidiéndole disculpas de antemano, para que se comporte de otro modo cuando visitando a otros países hable de España, pero… ¿quién le pone el cascabel al gato? ¡Ah! Sobre todo cuando ese gato es más agresivo, fiero y astuto que el gato Zapirón.
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