¿Ecándalo en la Isla del Tesoro?
A pesar de la amplia y detallada información que este diario ha proporcionado a sus lectores con respecto a lo que está aconteciendo en la CAM no quiero cometer el atrevimiento, aunque muy posiblemente no erraría, de calificar de escándalo lo que se está conociendo con respecto a las importantes concesiones de créditos, préstamos, sueldos, dietas o indemnizaciones, como se le quiera llamar, a miembros de su consejo de administración, pero sin duda alguna si se puede decir que todo esto está escandalizando bastante a la opinión pública y cuanto esto sucede es que la cosa no anda muy clara que digamos.
Cuando la gente confía en que hay personas que actúan por puro altruismo, por el solo afán de servir y ser útil a la sociedad y se da cuenta de que no es así y de que existen intereses de tipo crematístico muy importantes y personales, esta gente se siente moralmente defraudada y muestra su rechazo a este tipo de individuos que se han servido de la buena fe de las personas para sacar provecho en beneficio propio.
Está claro que la comidilla, lo que circula entre la ciudadanía, es la extrañeza, la falta de explicación al hecho de que el hasta ahora presidente de la CAM, Modesto Crespo, no haya cobrado directamente de la entidad que presidía y ha tenido que recurrir a una especie de componenda, no quiero emplear otra palabra, para obtener una asignación mensual de 16.000 euros, en concepto de asistencia como consejero de Tinser Cartera, una empresa dependiente de la CAM, que según nos informa este periódico nunca celebró consejos. Ante esto la gente se pregunta: ¿Por qué no cobraba directamente un sueldo o una indemnización de la CAM? ¿Es que acaso el cargo de presidente no lleva parejo ninguna de estas dos modalidades de retribución económica? ¿Por qué se ha recurrido a cobrar de una empresa propiedad de la CAM? ¿Se trataba de difuminar algo o de crear una cierta confusión cara la opinión pública? Creo que todo esto merece una explicación, me gustaría que la hubiera.
De todos modos y ante lo que está aconteciendo en la CAM, y ya lo dije en un comentario publicado no hace mucho, la nueva ley de cajas promulgada por el Gobierno, quitándole la hegemonía a los políticos, demuestra la necesidad de dicha norma para impedir que se puedan producir abusos de poder en el campo de la economía, del dinero. El hecho de que según informa este diario el Consell autorizó préstamos y créditos a interés cero, o a intereses muy bajos, a algunos consejeros de la CAM pone de manifiesto que ese abuso de poder y esa práctica de utilizar unos medios económicos que no pertenecen más que a las propias entidades de crédito y ahorro y a sus impositores y no a unos políticos que están al frente de un Gobierno, en este caso el Consell, elegidos por el pueblo pero esto no les faculta, en absoluto, para manejar unos caudales a su antojo cuando estos no les pertenecen motivo por el cual tienen que administrarlos hasta tal punto que la aplicación de los mismos sirvan para beneficiar a muchos y nunca, como en este caso, a unos pocos.
Creo que los interventores designados por el Banco de España, deben revisar a fondo todos y cada uno de los créditos o préstamos concedidos a los consejeros de la CAM y ponerlos en orden actualizando los tipos de interés y las posibles renovaciones que se puedan dar teniendo en cuenta si ha lugar a ellas o los plazos han vencido, todo ello en el caso de que los consejeros puedan disfrutar o no de acceder a estas renovaciones o la ley se lo impide. Hay casos que, en mi opinión, crean verdadera alarma social y este tipo de situaciones cuanto antes se investiguen y se normalicen, mucho mejor para todos.
No sé porqué esto de la CAM me ha recordado aquella vieja película titulada “La Isla del Tesoro” y a dos de sus personajes principales, el temido bucanero Capitán Flint y su contramaestre John Silver “El largo”. Aquí creo que ha habido mucha “largueza” y que para algunos la CAM ha sido una especie de Isla del Tesoro.
Cuando la gente confía en que hay personas que actúan por puro altruismo, por el solo afán de servir y ser útil a la sociedad y se da cuenta de que no es así y de que existen intereses de tipo crematístico muy importantes y personales, esta gente se siente moralmente defraudada y muestra su rechazo a este tipo de individuos que se han servido de la buena fe de las personas para sacar provecho en beneficio propio.
Está claro que la comidilla, lo que circula entre la ciudadanía, es la extrañeza, la falta de explicación al hecho de que el hasta ahora presidente de la CAM, Modesto Crespo, no haya cobrado directamente de la entidad que presidía y ha tenido que recurrir a una especie de componenda, no quiero emplear otra palabra, para obtener una asignación mensual de 16.000 euros, en concepto de asistencia como consejero de Tinser Cartera, una empresa dependiente de la CAM, que según nos informa este periódico nunca celebró consejos. Ante esto la gente se pregunta: ¿Por qué no cobraba directamente un sueldo o una indemnización de la CAM? ¿Es que acaso el cargo de presidente no lleva parejo ninguna de estas dos modalidades de retribución económica? ¿Por qué se ha recurrido a cobrar de una empresa propiedad de la CAM? ¿Se trataba de difuminar algo o de crear una cierta confusión cara la opinión pública? Creo que todo esto merece una explicación, me gustaría que la hubiera.
De todos modos y ante lo que está aconteciendo en la CAM, y ya lo dije en un comentario publicado no hace mucho, la nueva ley de cajas promulgada por el Gobierno, quitándole la hegemonía a los políticos, demuestra la necesidad de dicha norma para impedir que se puedan producir abusos de poder en el campo de la economía, del dinero. El hecho de que según informa este diario el Consell autorizó préstamos y créditos a interés cero, o a intereses muy bajos, a algunos consejeros de la CAM pone de manifiesto que ese abuso de poder y esa práctica de utilizar unos medios económicos que no pertenecen más que a las propias entidades de crédito y ahorro y a sus impositores y no a unos políticos que están al frente de un Gobierno, en este caso el Consell, elegidos por el pueblo pero esto no les faculta, en absoluto, para manejar unos caudales a su antojo cuando estos no les pertenecen motivo por el cual tienen que administrarlos hasta tal punto que la aplicación de los mismos sirvan para beneficiar a muchos y nunca, como en este caso, a unos pocos.
Creo que los interventores designados por el Banco de España, deben revisar a fondo todos y cada uno de los créditos o préstamos concedidos a los consejeros de la CAM y ponerlos en orden actualizando los tipos de interés y las posibles renovaciones que se puedan dar teniendo en cuenta si ha lugar a ellas o los plazos han vencido, todo ello en el caso de que los consejeros puedan disfrutar o no de acceder a estas renovaciones o la ley se lo impide. Hay casos que, en mi opinión, crean verdadera alarma social y este tipo de situaciones cuanto antes se investiguen y se normalicen, mucho mejor para todos.
No sé porqué esto de la CAM me ha recordado aquella vieja película titulada “La Isla del Tesoro” y a dos de sus personajes principales, el temido bucanero Capitán Flint y su contramaestre John Silver “El largo”. Aquí creo que ha habido mucha “largueza” y que para algunos la CAM ha sido una especie de Isla del Tesoro.
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