Unión temporal de empresas
A todos esos lenguaraces que van por ahí sembrando la mentira y la confusión, esos que dicen que los gobernantes de este mundo no tienen el debido carácter emprendedor y que carecen de iniciativas, les quiero decir que más les valdría estar callados y ser más generosos y justos con esos dirigentes que se están rompiendo la cabeza para sacar a este mundo del atolladero económico en que se halla inmerso.
Justo es reconocer que sí tienen ideas y que son capaces de aplicar medidas para que todo funcione adecuadamente y que han sido capaces de aprender de los grandes constructores inmobiliarios, de algo tenían que haber servido estos últimos, y por tanto seguido sus enseñanzas. Sabido es que un constructor de viviendas cuando está a punto de finalizar una obra ya está poniendo los cimientos para levantar otro bloque de habitáculos, o sea que de lo que se trata es de moverse y de no parar. Siguiendo estas pautas los dirigentes de los países que se supone están económicamente más fuertes, vamos, los que están menos anémicos que los demás, se han dedicado a hacer lo mismo que los constructores de pisos y para ello cuando están a punto de acabar lo de Afganistán ya están anunciando que van a proceder a “embarcarse” en una nueva “promoción inmobiliaria” y que para ello han elegido el país de los ayatolás, es decir, Irán.
Son los Estados Unidos los que con la oferta de Inglaterra de formar una Unión Temporal de Empresas (UTE) para llevar a cabo la “obra” han pensado que donde van a “colocar” a todos los soldados que tienen desplazados en Afganistán y todo el material que un ejército lleva consigo y han visto la conveniencia de actuar en un país que esté más cerca de Afganistán que los Estados Unidos con lo cual se ahorran un montón de dinero, a más de que si repatrían a sus soldados tendrán que desmovilizar a la mayoría de ellos con lo mal que está el que puedan incorporarse al mundo del trabajo y que habría que pagarles el subsidio de desempleo. Además, han pensado, estos dirigentes piensan mucho, que de este modo mantienen en marcha la industria armamentística y todo lo que conlleva el apoyo logístico de todo tipo ya que además de tanques y aviones y demás material bélico, están los alimentos enlatados, pasando por uniformes, ropa y calzado y un largo etcétera entre los que se encuentran los combustibles. O sea, todo un potencial de consumo que facilita trabajo a mucha gente. Bien es cierto que en este tipo de “obras” pueden morir muchas personas pero mirando el lado “práctico”, así deben de pensarlo estos sesudos mandatarios, hay que tener en cuenta que muchos jóvenes sin trabajo se alistan en el ejército y los mandan a “levantar pisos” con lo cual se disminuyen las cifras del paro y si alguno no vuelve porque “se cae del andamio” y fallece por “accidente laboral” también contribuye a que esas cifras de paro no aumenten y que el montante de lo que hay que pagarles cuando regresen, al no darse esta circunstancia, será mucho menor y dejarán su puesto en el ejército a otros jóvenes que estén sin trabajo. O sea que esas malas lenguas que tanto “rajan” contra los gobernantes no tienen razón, pues están demostrando que son emprendedores, que tienen ideas e iniciativas y que, a veces, piensan. En definitiva, que aquellos que dicen que muchos políticos actúan con una cierta similitud, que no relación, no, con los empresarios del sector inmobiliario no andan muy desencaminados.
Justo es reconocer que sí tienen ideas y que son capaces de aplicar medidas para que todo funcione adecuadamente y que han sido capaces de aprender de los grandes constructores inmobiliarios, de algo tenían que haber servido estos últimos, y por tanto seguido sus enseñanzas. Sabido es que un constructor de viviendas cuando está a punto de finalizar una obra ya está poniendo los cimientos para levantar otro bloque de habitáculos, o sea que de lo que se trata es de moverse y de no parar. Siguiendo estas pautas los dirigentes de los países que se supone están económicamente más fuertes, vamos, los que están menos anémicos que los demás, se han dedicado a hacer lo mismo que los constructores de pisos y para ello cuando están a punto de acabar lo de Afganistán ya están anunciando que van a proceder a “embarcarse” en una nueva “promoción inmobiliaria” y que para ello han elegido el país de los ayatolás, es decir, Irán.
Son los Estados Unidos los que con la oferta de Inglaterra de formar una Unión Temporal de Empresas (UTE) para llevar a cabo la “obra” han pensado que donde van a “colocar” a todos los soldados que tienen desplazados en Afganistán y todo el material que un ejército lleva consigo y han visto la conveniencia de actuar en un país que esté más cerca de Afganistán que los Estados Unidos con lo cual se ahorran un montón de dinero, a más de que si repatrían a sus soldados tendrán que desmovilizar a la mayoría de ellos con lo mal que está el que puedan incorporarse al mundo del trabajo y que habría que pagarles el subsidio de desempleo. Además, han pensado, estos dirigentes piensan mucho, que de este modo mantienen en marcha la industria armamentística y todo lo que conlleva el apoyo logístico de todo tipo ya que además de tanques y aviones y demás material bélico, están los alimentos enlatados, pasando por uniformes, ropa y calzado y un largo etcétera entre los que se encuentran los combustibles. O sea, todo un potencial de consumo que facilita trabajo a mucha gente. Bien es cierto que en este tipo de “obras” pueden morir muchas personas pero mirando el lado “práctico”, así deben de pensarlo estos sesudos mandatarios, hay que tener en cuenta que muchos jóvenes sin trabajo se alistan en el ejército y los mandan a “levantar pisos” con lo cual se disminuyen las cifras del paro y si alguno no vuelve porque “se cae del andamio” y fallece por “accidente laboral” también contribuye a que esas cifras de paro no aumenten y que el montante de lo que hay que pagarles cuando regresen, al no darse esta circunstancia, será mucho menor y dejarán su puesto en el ejército a otros jóvenes que estén sin trabajo. O sea que esas malas lenguas que tanto “rajan” contra los gobernantes no tienen razón, pues están demostrando que son emprendedores, que tienen ideas e iniciativas y que, a veces, piensan. En definitiva, que aquellos que dicen que muchos políticos actúan con una cierta similitud, que no relación, no, con los empresarios del sector inmobiliario no andan muy desencaminados.
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