El nuevo Gobierno
Ya ha nombrado Rajoy a sus ministros. Nada que objetar sobre los designados pues tiempo habrá para opinar sobre ellos pues sabido es que el movimiento se demuestra andando.
No obstante sí quiero hacer un breve comentario relacionado con estos nombramientos pero para referirme a los que sonaban como ministrables y que se han quedado con tres palmos de narices. En primer lugar decir que me da la sensación de que Rajoy ha querido presentar un ejecutivo formado por personas serias y respetuosas con los demás y este es el motivo, pienso yo, de que “seguros” como Esteban González Pons, aquel que dijo que los que votaban al PSOE eran unos idiotas, ha dicho otras cosas insultantes pero señalo la más reciente y la que nos da el perfil de la “calidad” del sujeto en cuestión que se ha quedado sin sillón. Otro de los que sonaban como “seguros” era Jorge Moragas, ese que trataba a sus adversarios políticos con los calificativos de “enterrador”, “rey del subsuelo” y “paradigma de decadencia” refiriéndose a Rubalcaba, a este también le han quitado la silla cuando ya se creía sentado en ella. Estos dos pobres diablos han visto su gozo en un pozo después de haber sido utilizados para provocar e insultar al adversario político y ellos “picaron”. Fueron tan ingenuos que no cayeron en la cuenta de que la historia nos dice que los que son usados por sus “superiores” para realizar este tipo de “trabajos” jamás llegan a ocupar puestos de responsabilidad y mucho menos a pasar a formar parte de un Gobierno. Al final son mal vistos hasta por sus propios compañeros de partido que les jalean, les aplauden y les dan palmaditas en la espalda cada vez que insultan al contrario pero que a la hora de la verdad son rechazados por esos “aduladores” de conveniencia. Hasta tal punto es así, que cuando se les daba ya como ministros se han encontrado con que Rajoy ha preferido colocar en su Gobierno a independientes antes que a ellos. En cuanto a Trillo y Cospedal, imagino que estarán inconsolables.
Y no quiero acabar sin hablar sobre Cristóbal Montoro, al que supongo le habrán dado de nuevo un disgusto como cuando en las elecciones de 2008 Rajoy “alistó” a Manuel Pizarro, para ocupar, caso de ganar las elecciones, el ministerio de Economía, cosa que no pudo ser al no ganar esos comicios. Ahora tampoco ha conseguido ese ministerio, Rajoy ha puesto a un independiente, Luís de Guindos, en el ministerio de Economía. A Montoro lo ha dejado como ministro de Hacienda, una especie de Sheriff de Nottingham que era el recaudador de impuestos para el Príncipe Juan y al que Robín Hood daba unos disgustos de muerte. Aunque bien pensado le han hecho un favor pues tanto ha despotricado sobre lo mal que el anterior Gobierno ha llevado el tema económico que muy posiblemente de haber portado la cartera de Economía hubiera supuesto el que se tuviera que tragar todas sus críticas.
En cuanto a Arias Cañete, vuelve a repetir como ministro de Agricultura, como lo fue en los tiempos de Aznar. Este ministro es el que dijo que el presidente, Aznar, había asegurado que el trasvase del Ebro “se haría por huevos”. Espero que tenga los huevos intactos y que aproveche esta segunda oportunidad para construir ese trasvase, pero a lo mejor sus socios, los regionalistas aragoneses, se los pueden haber roto de antemano.
Esto no es una crítica si no un simple comentario, tiempo habrá para ello pues como antes he dicho el movimiento se demuestra andando.
No obstante sí quiero hacer un breve comentario relacionado con estos nombramientos pero para referirme a los que sonaban como ministrables y que se han quedado con tres palmos de narices. En primer lugar decir que me da la sensación de que Rajoy ha querido presentar un ejecutivo formado por personas serias y respetuosas con los demás y este es el motivo, pienso yo, de que “seguros” como Esteban González Pons, aquel que dijo que los que votaban al PSOE eran unos idiotas, ha dicho otras cosas insultantes pero señalo la más reciente y la que nos da el perfil de la “calidad” del sujeto en cuestión que se ha quedado sin sillón. Otro de los que sonaban como “seguros” era Jorge Moragas, ese que trataba a sus adversarios políticos con los calificativos de “enterrador”, “rey del subsuelo” y “paradigma de decadencia” refiriéndose a Rubalcaba, a este también le han quitado la silla cuando ya se creía sentado en ella. Estos dos pobres diablos han visto su gozo en un pozo después de haber sido utilizados para provocar e insultar al adversario político y ellos “picaron”. Fueron tan ingenuos que no cayeron en la cuenta de que la historia nos dice que los que son usados por sus “superiores” para realizar este tipo de “trabajos” jamás llegan a ocupar puestos de responsabilidad y mucho menos a pasar a formar parte de un Gobierno. Al final son mal vistos hasta por sus propios compañeros de partido que les jalean, les aplauden y les dan palmaditas en la espalda cada vez que insultan al contrario pero que a la hora de la verdad son rechazados por esos “aduladores” de conveniencia. Hasta tal punto es así, que cuando se les daba ya como ministros se han encontrado con que Rajoy ha preferido colocar en su Gobierno a independientes antes que a ellos. En cuanto a Trillo y Cospedal, imagino que estarán inconsolables.
Y no quiero acabar sin hablar sobre Cristóbal Montoro, al que supongo le habrán dado de nuevo un disgusto como cuando en las elecciones de 2008 Rajoy “alistó” a Manuel Pizarro, para ocupar, caso de ganar las elecciones, el ministerio de Economía, cosa que no pudo ser al no ganar esos comicios. Ahora tampoco ha conseguido ese ministerio, Rajoy ha puesto a un independiente, Luís de Guindos, en el ministerio de Economía. A Montoro lo ha dejado como ministro de Hacienda, una especie de Sheriff de Nottingham que era el recaudador de impuestos para el Príncipe Juan y al que Robín Hood daba unos disgustos de muerte. Aunque bien pensado le han hecho un favor pues tanto ha despotricado sobre lo mal que el anterior Gobierno ha llevado el tema económico que muy posiblemente de haber portado la cartera de Economía hubiera supuesto el que se tuviera que tragar todas sus críticas.
En cuanto a Arias Cañete, vuelve a repetir como ministro de Agricultura, como lo fue en los tiempos de Aznar. Este ministro es el que dijo que el presidente, Aznar, había asegurado que el trasvase del Ebro “se haría por huevos”. Espero que tenga los huevos intactos y que aproveche esta segunda oportunidad para construir ese trasvase, pero a lo mejor sus socios, los regionalistas aragoneses, se los pueden haber roto de antemano.
Esto no es una crítica si no un simple comentario, tiempo habrá para ello pues como antes he dicho el movimiento se demuestra andando.
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