Hacia una España Mejor

miércoles, julio 04, 2012

La cosa va en serio

Por si alguien no se ha tomado la gravedad de la crisis con la atención y el interés que merece por aquello de que aún no pueda sentirse afectado me permito sugerirle, más bien aconsejarle, que esté muy atento a lo que a diario nos dicen, empleando una cierta dosis de falsa tranquilidad los miembros del Gobierno, principalmente el ministro de Economía, Luís de Guindos, y el de Hacienda, Cristóbal Montoro. El de Economía decía el pasado lunes, más que decir advertía, de que la recesión se ha agravado y harán falta más sacrificios, rehusando a hacer declaraciones sobre una subida del IVA, dado lo cual podemos suponer con certeza de que el IVA va a subir a más tardar en el mes de agosto cuando estemos de vacaciones, en casa o fuera de casa, con la que está cayendo lo de “marchar” de vacaciones se ha convertido, para la mayoría de los españoles, en un deseo preñado de utopía, para muchos ciudadanos el desplazamiento por vacaciones será todo lo distante que marque la lejanía de su domicilio de la piscina municipal.
La verdad es que no se si Luís de Guindos, nos advierte para que nos preparemos para peores trances que los pasados hasta ahora o se trata de una amenaza ya que cada vez que desde el Gobierno se habla de “sacrificios” más duros y numerosos son los palos que recaen sobre las ya maltrechas costillas de la ciudadanía. Me temo que la cosa del mantenimiento del puesto de trabajo para muchos funcionarios haya entrado en situación de preemergencia rozando a la emergencia más cruda y realista.
Desde luego la cosa no pinta muy bien, esto va para rato, para un largo duro y desesperante rato, esto va en serio, perdón por la perogrullada, tanto es así que fíjese usted, querido lector, que desde la Generalitat Valenciana su presidente, Alberto Fabra, ha dicho que la Generalitat “no puede permitirse el lujo de contratar más profesores”. O sea que hemos llegado al extremo de que contratar maestros para educar y formar a los hombres y mujeres del mañana se ha convertido en “un lujo”. Está claro que con este tipo de carencias este país lo tiene bastante mal a la hora de poder reengancharse al tren del progreso y de la modernidad. Menos mal que aquí, en la Comunidad Valenciana, estamos gobernados por políticos del PP que piensan muy bien las cosas y marcan las preferencias entre lo que es “un lujo” y lo que es absolutamente necesario, el ejemplo lo tenemos en que no se va contratar a más profesores porque eso es “un lujo” y en cambio se van gastar, se han gastos ya hace pocos días, 21 de millones de euros en el Gran Premio de Valencia de Fórmula 1, tanto bien le hace esto al desarrollo de la Comunidad Valenciana y a la mejora de la calidad de vida de los valencianos que esto de la Fórmula 1 se va a dar también durante los próximos años, pero lo primero es lo primero. Hay algunos que están criticando el que se haya recortado, aquí en la Comunidad Valenciana, en cinco millones de euros el presupuesto destinado a combatir los incendios forestales ¿para qué queremos tanto árbol si al final acaban todos quemándose o convirtiéndose en rollos de papel higiénico? Lo verdaderamente necesario es invertir en carreras de coches y en la Copa del América que también cuesta un montón de millones, o en encargarle y pagarle muy sustanciosa y espléndidamente a un afamado arquitecto que redacte proyectos, me refiero a la Comunidad Valenciana, que nunca verán la luz unos y otros se quedarán sin finalizar sus obras por el desmadre de su costo al calcular de principio mal los ya de de por si supermillonarios presupuestos. Pero en estos torpes, que en mi opinión, nos gobiernan y que están dando palos de ciego cada vez está más clara su incompetencia para conducir este país por el camino correcto que nos lleve a salir de este cenagal en que nos hallamos atrapados, para ellos, lo preferente es lo superfluo y lo imprescindible es “un lujo”. No ha servido para nada el ejemplo de austeridad de Rajoy cuando al ir con su familia a pasar un fin de semana a una finca del Estado se llevó la cena en fiambreras, aunque estas no las llenara en un establecimiento de comidas para llevar sino que estas fueron colmadas por los cocinero de La Moncloa.