Los que son más iguales
Aún estamos un tanto “espantados” al saber sobre las indemnizaciones que se habían auto asignado los ejecutivos de la banca, y cuando aún no se ha resuelto si el Consejo General del Poder Judicial le va a pagar o no a su expresidente, Carlos Dívar, los 208.000 euros que este pide como pensión indemnizatoria, es cuando los medios de comunicación dan la noticia de que los expresidentes del Tribunal de Cuentas, Ubaldo Nieto (1997-2007) y Manuel Núñez (2007-2012), han solicitado pedir la pensión indemnizatoria por su cese que ronda los 180.000 euros cada uno. Los últimos presupuestos fijan el sueldo anual del presidente del Tribunal de Cuentas en 112.578.34 euros, 18,7 millones de las antiguas pesetas.
Yo no entro en si el sueldo es justo, es bajo o es elevado, entiendo que para desarrollar esta labor, hace falta una cualificación especial de una cierta envergadura profesional dadas las características de una institución como es el Tribunal de Cuentas. Pero si lo voy a hacer sobre la pensión indemnizatoria. En el caso de los banqueros, del expresidente del CGPJ y de los dos ex del Tribunal de Cuentas, creo que se pone de manifiesto que eso que se dice de que “los españoles somos todos iguales, pero que hay algunos que son “más” iguales”. Está claro que 30 millones de las antiguas pesetas que pueden percibir por esa pensión indemnizatoria tanto Ubaldo Nieto como Manuel Núñez, es un insulto a todos esos trabajadores que cuando son despedidos, cesados en el caso de los dos antes citados pero no por fallos en su gestión sino por decisiones políticas, perciben una indemnización de miseria y en lo que se refiere a su jubilación ni tan siquiera eso sino una pensión que apenas da para malcomer.
Está claro que este mundo es para cuatro “espabilaos” que da la impresión de que se han confabulado para “alpargatarse” bien y que el que venga detrás que arree. Se critica el que muchos ciudadanos aspiren a depender laboralmente, en una forma u otra, de la Administración Pública porque las ventajas son más que sustanciales y no me refiero al simple funcionario, tan injustamente tratado en estos últimos tiempos, sino a los que ocupan cargos importantes, creo que el aspirar a ocupar uno de estos puestos no es criticable sino que dado como está montada la cosa es muy lícito el aspirar a ello. Todos queremos más y cuando más nos den mejor. Si al final resulta que no pasa nada, ¿por qué le vamos a hacer ascos a algo que finalmente parece lo más natural del mundo? Seria de necios el no subirse al carro cuando otros llevan muchos años sentados sobre él. Mantener la dignidad y además ser solidario, es lo deseable, pero en ocasiones se puede dar el caso de que el mantener ambas actitudes puede ser motivo de que te tachen de tonto cuando no de gilipollas.
En cuanto a los jóvenes en el paro y sin tan siquiera perciben la ayuda de los 400 euros del Plan Prepara, a estos, según ha decidido Rajoy, que los mantengan sus abuelos. Iguales, si, si. Si te agarro camión.
Yo no entro en si el sueldo es justo, es bajo o es elevado, entiendo que para desarrollar esta labor, hace falta una cualificación especial de una cierta envergadura profesional dadas las características de una institución como es el Tribunal de Cuentas. Pero si lo voy a hacer sobre la pensión indemnizatoria. En el caso de los banqueros, del expresidente del CGPJ y de los dos ex del Tribunal de Cuentas, creo que se pone de manifiesto que eso que se dice de que “los españoles somos todos iguales, pero que hay algunos que son “más” iguales”. Está claro que 30 millones de las antiguas pesetas que pueden percibir por esa pensión indemnizatoria tanto Ubaldo Nieto como Manuel Núñez, es un insulto a todos esos trabajadores que cuando son despedidos, cesados en el caso de los dos antes citados pero no por fallos en su gestión sino por decisiones políticas, perciben una indemnización de miseria y en lo que se refiere a su jubilación ni tan siquiera eso sino una pensión que apenas da para malcomer.
Está claro que este mundo es para cuatro “espabilaos” que da la impresión de que se han confabulado para “alpargatarse” bien y que el que venga detrás que arree. Se critica el que muchos ciudadanos aspiren a depender laboralmente, en una forma u otra, de la Administración Pública porque las ventajas son más que sustanciales y no me refiero al simple funcionario, tan injustamente tratado en estos últimos tiempos, sino a los que ocupan cargos importantes, creo que el aspirar a ocupar uno de estos puestos no es criticable sino que dado como está montada la cosa es muy lícito el aspirar a ello. Todos queremos más y cuando más nos den mejor. Si al final resulta que no pasa nada, ¿por qué le vamos a hacer ascos a algo que finalmente parece lo más natural del mundo? Seria de necios el no subirse al carro cuando otros llevan muchos años sentados sobre él. Mantener la dignidad y además ser solidario, es lo deseable, pero en ocasiones se puede dar el caso de que el mantener ambas actitudes puede ser motivo de que te tachen de tonto cuando no de gilipollas.
En cuanto a los jóvenes en el paro y sin tan siquiera perciben la ayuda de los 400 euros del Plan Prepara, a estos, según ha decidido Rajoy, que los mantengan sus abuelos. Iguales, si, si. Si te agarro camión.
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