La "suerte" de Carromero
En 2006 la española María José Carrascosa ingresaba en una cárcel de Estados Unidos condenada por desacato al no respetar la sentencia de un tribunal USA en la cual por motivo de su separación matrimonial se establecía que no podía sacar de los EEUU a su hija de nueve años sin el permiso de su esposo lo que no fue respetado por la súbdita española, abogada de profesión, que salió de ese país regresando a España trayendo consigo a su hija. A este respecto hay que decir que posteriormente el Juzgado de 1ª Instancia número 9 de Valencia concedió a la madre la custodia de la niña. Con esta sentencia en la mano se desplazó la interesada a los Estados Unidos, pero dicho dictamen fue papel mojado para los jueces norteamericanos, dado lo cual la madre fue detenida y encarcelada. Hubo gestiones diplomáticas, intermediación del juez Garzón y reuniones de abogados españoles y norteamericanos en La Haya buscando un acuerdo que posibilitase el regreso de la española, por cierto valenciana, pero nada de esto produjo el resultado que se pretendía: Sacarla de la cárcel y traerla España. En el pasado año saltó a los medios de comunicación que podría ser puesta en libertad condicional y regresar a España durante el pasado mes de noviembre, pero hasta la fecha que yo sepa esto no se ha producido. Esta madre lleva ya seis años en prisión.
El 12 de agosto de 2012, según señalan las fuentes por mí consultadas, había 2.443 presos españoles en cárceles extranjeras, el 83% de ellos por delitos relacionados por la droga, y el resto por causas de distinta naturaleza, los diversos gobiernos españoles por medio del Ministerio de Asuntos Exteriores se han preocupado por ver la posibilidad de que puedan cumplir sus condenas en cárceles españolas en aquellos casos de menor gravedad, no olvidemos que en algunos países el tráfico de drogas se condena con la pena de muerte, pero los resultados esperados no se producen, y ello como consecuencia de que no se fían de ponerlos en manos de la justicia española porque según ellos esta es muy laxa, muy floja, y por ello los retienen el mayor tiempo posible en sus cárceles.
Está claro, los dichos tienen algún fundamento como lo tiene ese que dice aquello de: “El que no tiene padrinos no se casa”. Sin ir más lejos ahí tenemos el reciente caso del presidente de Nuevas Generaciones del Partido Popular, Ángel Carromero, seis meses encarcelado en Cuba, un país regido por un régimen dictatorial, nada comparable con la “cuna de la democracia y de las libertades”, me refiero a los EEUU, que tiene a una madre seis años, de un total de catorce, encarcelada por querer que su hija esté a su lado. A Carromero le ha sonreído la “suerte”, le ha tocado el “gordo”, le han excarcelado en Cuba y le han enviado España para que cumpla en cárcel española los cuatro años de condena por homicidio imprudente, según dictaminó la justiciaba cubana, por un accidente de automóvil en el que fallecieron dos personas. Carromero llegó a España el pasado 30 de diciembre y diez días después, cuando esto suele tardar entre tres o cuatro meses según me informan profesionales entendidos en este tipo de cuestiones, se reúne la Junta de Clasificación y le concede a Carromero el tercer grado, lo que equivale a poder circular libremente por la calle y dormir en su casa. Pero para mayor suerte ha sido readmitido, si es que fue dado de baja durante el tiempo que permaneció en Cuba detenido, ha sido readmitido, repito, en su empleo en el Ayuntamiento de Madrid como asesor técnico habitual (¿) en la Junta de Distrito del barrio de Moratalaz en la capital de España. A eso se le llama suerte y más cuando en España hay una disposición en materia de trabajo mediante la cual la empresa pueda dar a un empleado de baja en su plantilla estando este de baja por enfermedad. Los hay con suerte y Carromero no cabe duda que la tiene. Esto pone de manifiesto una vez más que hay ciudadanos y ciudadanos y que todos somos iguales pero unos más iguales que otros.
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