¿Un país de estafadores?
Cito textualmente lo que este periódico informaba sobre la comparecencia en el Senado del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, el pasado día 18 de diciembre para valorar su primer año al frente del Gobierno: Decía así: “El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, aseguró ayer que durante su primer año al frente del Ejecutivo ha cumplido con los “grandes pilares” de sus compromisos en las elecciones generales, aunque hay decisiones que no estaban previstas y a lo largo de la legislatura se puede dar marcha atrás en alguna”. Si nos detenemos un poco en intentar recordar cuales fueron sus compromisos en las elecciones generales, llegaremos a la conclusión de que Rajoy, jamás se comprometió electoralmente a nada, no hay más que rememorar aquella bufonada protagonizada por él cuando le preguntaron cuál era su plan para crear empleo y echó mano de un papelito en el que presuntamente llevaría escrito dicho plan, el papel era muy pequeño, y después de echarle una mirada dijo que no podía responder “porque no entendía su letra”. Esa fue la única ocasión en la que los españoles estuvimos a punto de conocer alguna de las ofertas electorales que nos podía hacer Rajoy. Nos quedamos con las ganas.
Yo no sé cómo puede atreverse a decir que ha cumplido con los “grandes pilares” de sus compromisos electorales. Que se sepa lo que ha hecho no es levantar pilar alguno, ni tan siquiera de la altura de un bolardo, si de establecer un símil en cuestiones de albañilería se trata se puede decir que lo que sí ha llevado a efecto es enterrar bajo grandes y pesadas losas el bienestar y el futuro de los españoles. Eso sí lo ha hecho. En cuanto a que durante esta legislatura se puede dar marcha atrás y levantar alguna de esas losas, creo que esto si lo va a cumplir, pero lo hará cuando se avecinen nuevas elecciones, que en el caso de que las vuelva a ganar se puede decir sin temor al equívoco que de inmediato volverá a poner las losas en su sitio. Es algo ideológico, la derecha, por su propia idiosincrasia, por sus propios intereses, nunca estará a favor de que la gente mejore, salvo eso sí, los de siempre, la derecha siempre ha hecho más ricos a los ricos y más pobres a los pobres. A lo que está aconteciendo me remito.
En este país hemos conocido todo tipo de estafas, desde la del picarón que te estafa unas monedas, hasta los estafadores de cuello blanco, los grandes protagonistas de la estafa, los hay en todas partes en el estamento económico y también en el político. Hay muchas formas de estafar a los demás. Hemos conocido casos como los de Gescartera, Fórum Filatélico, y más recientemente la de las preferentes, que se diga lo que se diga, esta última ha sido una estafa llevada a efecto dentro de la más estricta legalidad, la estafa estriba en que se ha hecho invertir un dinero a personas que por su edad y preparación no estaban en las debidas condiciones intelectuales para valorar los pros y los contras, en definitiva el incierto destino de su dinero. Así lo están reconociendo muchos jueces que han dictaminado que se les devuelva el dinero a quienes se han sentido engañados y estafados y han acudido al amparo de la Justicia. He citado estos tres casos por ser los más recientes, pero no hecho en olvido a los evasores de capital que de forma indirecta nos estafan a todos los españoles.
A continuación de los ya citados están los estafadores políticos que engañan y mienten a los ciudadanos, como podría ser el caso de Mariano Rajoy. Este ha reconocido por activa y por pasiva haber tomado decisiones que han minado muy gravemente el bienestar de los españoles. De dolorosas las han calificado él y los suyos. Ha hecho cosas que él, y muchos de los que le acompañan, que siempre criticaron al anterior Gobierno y que aseguraron que ellos jamás lo harían y no han tenido el menor empacho reconocerlo. Nada de lo que han hecho lo proclamaron en la campaña electoral, de haber sido así no creo que hubieran podido obtener una mayoría absoluta como la consiguieron. Lo cierto y verdad es que ya José María Aznar, dejó las cosas mal, lo de los tiempos de Aznar fue pan para hoy y hambre para mañana, siguió yendo mal con Zapatero y ha empeorado hasta límites insospechados con Mariano Rajoy, en un solo año. Los “grandes pilares” de que nos habla Rajoy no son más que unos pilares de cartón piedra cuya base ha sido gravemente dañada y se han venido abajo por la humedad producida por el llanto de todos aquellos que hoy se ven sin empleo, sin dinero y sin un techo donde cobijarse. Ese paro, tan criticado por Rajoy al Gobierno anterior ha aumentado en más de 600.000 personas en un solo año de Gobierno y los especialistas dicen que lo peor aún está por llegar. Sólo queda preguntarse si es España un país donde los estafadores de distinta naturaleza pueden campar a sus anchas, sin que nadie les exija responsabilidad alguna.
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