La Renta, un salvoconducto
Esto de presentar públicamente la declaración de la Renta parece que lleva camino de convertirse en una especie de salvoconducto o de declaración jurada en la que se hace constar que uno es honrado y que no tiene nada que ocultar. Algo que Hacienda “inventó”, hace muchísimo tiempo, con el único fin de vaciarle el bolsillo a los españoles, principalmente a los que menos tienen, esa disposición del Fisco español también sirve para demostrar que uno está “limpio de pecado” y que es una persona de bien que no tiene nada delictivo que ocultar. A raíz de lo de Bárcenas, Mariano Rajoy ha hecho públicas sus últimas declaraciones de la Renta. Y digo yo: Bueno ¿y qué? Lo único que ha conseguido es que por las redes sociales circulen multitud de chistes, de chascarrillos y de opiniones que no lo favorecen y que los españoles nos cabreemos un poco más, si es que se puede estar más indignado, al enterarnos de que Rajoy ganó en 2011 un total de 239.000 euros, 200.628 pagados por su partido gracias a las subvenciones del Estado que como todos los partidos políticos, unos más y otros menos, reciben en el PP y que provienen, naturalmente, de lo que aportan los españoles a través de los impuestos que pagan y el resto, 38.456 euros por su condición de diputado en el Congreso. Para mayor escarnio las declaraciones de la Renta de Rajoy han demostrado que cuando este les pedía sacrificios, moderación salarial, a los trabajadores para salir de la crisis, durante estos años de crisis se ha aumentado su sueldo en un 27%, aunque desde el PP dicen que lo del aumento de sueldo no es tal si no que se trata de un “plus especial” por lo “mucho” que “trabajó” en la campaña electoral de 2008 que por cierto perdió. O sea, que Rajoy, que para eso él es el jefe, consideró y decidió que tenía que autogratificarse. También ha demostrado Rajoy, que su patrimonio ha aumentado considerablemente durante estos años de crisis. No sé porqué a veces tengo la sensación ¿sensación? de que muchos de los que nos representan no son más que una camarilla de pandilleros desvergonzados a los que hay que echar dándoles una patada en el trasero. Si Rajoy creer haber dejado algo claro con la presentación de las declaraciones de su renta se equivoca. Por cierto: ¿puede un gobernante con esos fabulosos ingresos económicos tener suficiente conocimiento de causa para conocer y resolver los problemas o la situación de aquellos que tienen muy poco o nada? La distancia suele difuminar la perspectiva.
Ahora todo el mundo presenta el “salvoconducto”: la declaración de la Renta. La ministra de Sanidad, Ana Mato, dice que también va a presentarla. Con lo de Bárcenas se ha vuelto a poner en candelero lo de los supuestos regalos, coches y fiestas, entre otras fruslerías, hechos por Correa, el cabecilla de la trama Gürtel, a ella y a su exmarido. Quiere dejar bien claro que ella está por encima de esas cosas. A partir de ahora cuando a un ciudadano le pidan un certificado de penales o de buena conducta basta con que presente la declaración de la Renta. Hablando de Ana Mato, me ha parecido normal que su hermano, también “trabajador político”, es eurodiputado, haya salido en su defensa, al fin y al cabo es su hermano. En cualquier caso, me permito sugerirle que ya que quiere tanto a su hermana que la lleve a la consulta de un oftalmólogo para que le vea la vista ya que con lo que abulta un coche parece ser, según se dice por ahí, yo no lo sé, que no lo distingue. Podría atropellarla un “bus” al cruzar una calle. Si lo del coche es cierto que no lo ve, urge revisar esa vista. Por cierto, a su exmarido sí se le podía despedir. A lo mejor ahora que le han despedido en lugar de llorar le da por “cantar”. Depende de su estado de ánimo.
En otro orden de cosas decir que no sé si se habrá dado usted cuenta, pero el PP le está ocurriendo lo que a los bebes, estos las primeras palabras que balbucean y repiten de forma constante, son “Papa” y “Mamá”. En el PP sus dirigentes se quedaron sin habla cuando salió a la luz lo de los 22 millones “suizos” de Luís, Bárcenas y después de un tiempo han comenzado a recuperarla y a balbucear las primeras palabras que repiten una y otra vez: “Es falso”, “es falso”.
Lo que no me explico es como a estas alturas ni a Díaz Ferrán ni a Ruiz Mateos, se les ha ocurrido hacer pública su declaración de la Renta.
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