Las cuentas del "Gran Presidente"

Cuando Fernando El Católico, le pidió cuentas a Gonzalo Fernández de Córdoba, más conocido como El Gran Capitán, de lo que se había gastado en la campaña de Nápoles en 1506, este ridiculizó a su rey respondiéndole que en palas, picos y azadones se había gastado cien millones. Así le respondió el Gran Capitán al considerar que no tenía que dar explicaciones a nadie de lo que se había gastado y en que lo había hecho. Así lo cuenta la historia o la leyenda. Emulando al Gran Capitán, Mariano Rajoy ha hecho lo mismo presentando las cuentas del Partido Popular. Los capítulos de ingresos y gastos están globalizados por partidas bajo la denominación de una cuenta genérica sin detallar aquello en lo que se ha gastado el dinero o por qué concepto se ha ingresado. Se puede decir sin temor a equivocarse que Mariano Rajoy ha presentado las cuentas del PP como lo hizo El Gran Capitán. Posiblemente, al igual que lo hizo el victorioso capitán, Rajoy ha considerado que no tiene el porqué explicarle a nadie en que se han gastado el dinero en su partido y ha considerado mejor recurrir a lo de los “palas, picos y azadones”. Se ha burlado de los españoles negándose a dar detalle de lo que esas partidas genéricas contienen al igual que lo hizo Gonzalo Fernández de Córdoba con Fernando El Católico. Para eso mejor no haberlo hecho y mucho menos cuando estas cuentas se presentan a partir de 2008 hasta 2011 y no están auditadas por el Tribunal de Cuentas. Aunque hay que decir que las auditorías que lleva a cabo este Tribunal las puede hacer cualquier auxiliar administrativo. “Na”. Lo único interesante y que llama mucho la atención, al menos a mí, es que estos números que nos ha presentado Rajoy demuestran que el Partido Popular ha tenido beneficios en todos esos años, unos años en lo que la crisis ya estaba instalada y todo el mundo se empobrecía y que ha propiciado el que en nuestro país haya desaparecido la clase media y se haya vuelto a lo de siempre: A la clase rica y a la clase pobre. El término medio en las clases sociales ha desaparecido. Mariano Rajoy tiene la obligación de explicar bien esos números. En el capítulo de ingresos aparecen decenas de millones obtenidos mediante subvenciones, imagino que serán subvenciones que el Estado otorga a los partidos políticos, supongo que a todos, si esto es así me parece una enorme sinvergonzonada el que esto se haga máxime cuando los comedores sociales se las ven y se las desean para dar de comer a todos esos que se han empobrecido han perdido sus casas y están en la calle. Los partidos pueden subsistir perfectamente sin subvenciones del Estado. Todo es cuestión de afán de servicio, ganas de trabajar y sacrificarse por los demás, esto último es algo que no han aprendido los políticos. Me preguntaba un amigo si es que a los políticos no les interesa lo que le pase a la gente. Mi respuesta fue la siguiente: “Mira, yo he tenido ocasión de visitar la zona de Normandía, en Francia, y estuve en uno de esos cementerios donde los americanos dieron sepultura a sus soldados muertos en el desembarco que tuvo lugar en sus playas. Había miles de cruces blancas, hasta donde alcanzaba la vista, leí algunas de las inscripciones que había en esas cruces donde figuraba el nombre del soldado, de que estado de la Unión procedía y su edad, esto último hizo que casi se me saltaran las lágrimas, la edad de estos soldados oscilaba entre los 18 y los 20 años, prácticamente aún no habían comenzado a gozar de la vida, aunque esta da pocos gozos. Esto, le dije, es lo que a los políticos les importa la gente, porque a estos jóvenes les daban órdenes sus jefes militares, pero estos mandos seguían los dictados de los políticos”. Lo entendió perfectamente. No quiero finalizar sin hacer especial mención al hecho de que si Mariano Rajoy están buen gestor económico, tan buen administrador, que ha logrado que su partido en años de crisis y recesión haya tenido considerables beneficios ¿porqué no aplica el mismo método para sacarnos de esta insoportable situación? Esto no está nada claro, cada vez se enreda más. Aquí estamos viendo como el dinero vuela de aquí para allá y acaba posándose donde siempre.