Invertir en lo importante
De todo lo que se ha dicho ya sea en sentido positivo o negativo sobre la decisión del Comité Olímpico Internacional de conceder a Tokio la celebración de los Juegos Olímpicos de 2020, yo me quedo con lo dicho por la representante marroquí en el COI por ser las palabras más sensatas que hasta ahora he leído sobre dicha decisión. Estas son, como es sabido, las siguientes: “España debe invertir sus recursos económicos en materias más importantes que los Juegos Olímpicos”.
No se comprende muy bien, al menos por mi parte, que España sea un país con problemas económicos y sociales muy graves y que se gasten miles de millones en fastos que son de duración muy corta y que solamente beneficiarían a Madrid capital, aunque, repito, dentro de un periodo de tiempo muy limitado. Se podrá decir que la inversión de 1.500 millones de euros que resta poner en juego para levantar el 20% de las infraestructuras que aún faltan por construir y que esto podría dar trabajo a mucha gente, pero también se puede dar trabajo a muchas personas construyendo instalaciones escolares que son tan necesarias o más que unos juegos olímpicos. Solamente en la Comunidad Valenciana hay más de 30.000 alumnos escolarizados en barracones, a los que hay que añadir los que hay a lo largo y ancho de la geografía española, algo impropio en un país que presume de desarrollado. Y ya metidos en el tema de la Educación habría que señalar que a muchos estudiantes universitarios algunas entidades les cobran intereses que superan el 26% por préstamos que han hecho a estos para su matrícula, por cierto bastante cara con la última subida, y otros costos que les son necesarios afrontar para poder estudiar. Esto sin dejar de lado que en la enseñanza obligatoria y por cuestión de los recortes del Gobierno van a haber menos becas y más alumnos en las aulas con menos profesores. Del resto de situaciones penosas que están soportando los españoles creo que no hace falta enumerarlas. La Sanidad Pública y los Servicios Sociales han entrado en una situación de precariedad alarmante. Las listas de espera han aumentado y las personas con discapacidades o dependientes no son debidamente atendidas. No entro en el ya típico tópico, pero dura realidad, de enumerar los seis millones de parados, muchísimos de ellos sin ningún tipo de ingresos, datos contrastados nos indican que hay 1,7 millones de familias con todos sus miembros en paro y sin ningún tipo de ingresos y que centenares del miles de españoles han cruzado ya el umbral de la pobreza y otros muchos están a punto de padecer la misma situación. Muchos pensarán que de aquí a 2020 la situación será otra muy distinta, se equivocan e ignoran la realidad. España está enferma, muy enferma y sobre todo muy débil económicamente y aunque pase la enfermedad le espera una larga convalecencia.
¿Por qué algunos se quejan y dicen que el COI ha maltratado a España cuando nos ha hecho un enorme favor y nos ha indicado muy claramente a lo que tenemos que dedicar nuestros escasos recursos económicos? ¿Cómo algunos personajes relevantes se lamentan de que Madrid, España, se haya quedado fuera de los JJOO cuando toda la prensa mundial ha mostrado fotografías de españoles buscando comida en los contenedores de basura y ha informado de que hay miles de niños en estado de desnutrición? Evidentemente lo hacen porque su situación no es esa, ellos comen a diario en mesa con buenos alimentos. Lo de “pobres pero presumidos y orgullosos” es algo que no encaja en la realidad sino en la más absoluta falta de sentido común ya que observar esa actitud, no querer ver esa realidad, lo que lleva es a que la pobreza nunca acabe para ellos y sobre todo a que nadie se pueda mostrar solidario con ellos y ayudarles a salir de su mala situación.
No me quiero extender más, pero me ratifico en que lo más sensato que he escuchado o leído han sido esas palabras de esa miembro del COI. A ver si algunos abren los ojos y se dan cuenta de una vez por todas de cómo estamos en España realmente. El comportamiento de “viejo chocho” observado por el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, cuando ha afirmado que “España es el éxito económico del mundo” solo lleva al equívoco y por tanto a la falta de soluciones. Frases como esta, que no se le ocurriría pronunciar ni al tonto del pueblo, nos dan la medida exacta de la capacidad intelectual y de gestión de quienes nos gobiernan. Creo que Montoro debería pedir perdón por haberla pronunciado. Así nos va
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