Las dos Españas
Era una de esas tardes en las que en la televisión no ofrece, como es habitual, nada interesante y buscando la mejor manera de matar el tiempo, me dediqué a navegar un poco a través de Internet y me paré a leer algo sobre lo que escribió el gran poeta don Antonio Machado y ello me condujo a rememorar aquello que él decía: “Españolito que vienes al mundo te guarde Dios/ una de LAS DOS ESPAÑAS/ ha de herirte el corazón”- También tuve ocasión de leer lo que decía Napoleón de que España era un Estado muerto, un cadáver, sin embargo la sociedad estaba llena de vida y resistente. Por eso el pueblo y los gobiernos se detestaban como reconoció en el siglo XX el político don Antonio Maura. Actualmente lo dicho por estos tres famosos personajes sigue vigente.
En España hay dos Españas, la irreal y la real. La irreal es aquella que permite a muchos ladrones de cuello blanco robar con toda impunidad metiendo la mano en la caja del dinero público y a pesar de ello, de haber sido cogidos con las “manos en la masa”, están “exentos” de que se les apliquen las sanciones que establecen los códigos Civil y Penal y cuando esto tiene lugar se hace tarde, mal y de forma insuficiente. Es la España irreal, la de los golfos y oportunistas que se enriquecen rápidamente.
Después está la España real, la que a través del recientemente hecho público por el Gobierno “Portal de Transparencia” nos hemos podido dar cuenta, una vez más, de las grandes desigualdades que se dan en nuestro país. El hacer públicos los sueldos e indemnizaciones de los cargos políticos y de los altos ejecutivos de las empresas públicas nos ha recordado esas desigualdades, más que recuerdo a mi me ha parecido un insulto y un marcado desprecio a todos los españoles. El “Portal de Transparencia” no refleja del todo lo que es la España real. No habla de la cantidad de españoles desempleados y sin ningún tipo de ingreso, de las familias cuyos miembros están todos sin trabajo, de los hogares sin ningún tipo de ingreso, de los salarios de hambre, de los millones de parados, de los que son obligados a trabajar en la economía sumergida, de los contratos de trabajo en precario, de los que están en el umbral de la pobreza, de los que a pesar de tener un empleo se les considera pobres por sus miserables sueldos, de los niños que sufren desnutrición, de la vuelta masiva a los comedores sociales, de los enfermos crónicos que han dejado de tomar sus medicinas por que no pueden hacer frente al copago de las mismas, de los desahuciados, de los que figuran en las listas de morosos al no poder pagar los impuestos y la hipoteca y a los que se considera como delincuentes, siendo su único delito el haberse quedado sin trabajo, de las personas dependientes totalmente desatendidas, de la falta de ayuda a los discapacitados, de la protección del Estado a los menos favorecidos, de la posibilidad real de que a no mucho tardar nadie podrá jubilarse y cobrar una pensión al no reunir las cotizaciones necesarias y no poder retirarse estando en activo, en todo caso y con mucha suerte se podrá percibir una especie de limosna del Estado, un subsidio que se puede anticipar que será tan insuficiente como mísero. ¡Ah! y encima de jodidos agradecidos. ¡Cuán caritativos son estos señores del Gobierno! exclamaremos llenos de agradecimiento. Y no digo de los excelentes resultados de la Reforma Laboral, despidos a precio de saldo, de rebajas, lo que está llevando a que empresas cuyos directivos no tienen talento para hacerlas competitivas y rentables pretenden lograr beneficios reduciendo los costes salariales. Esto, por citar algunos casos que producen serias heridas en el corazón de los “españolitos”. A millones de ellos. Este es un país donde para disponer de luz y agua potable miles y miles de hogares, de familias, tienen que ser subvencionadas. El país crece, como afirma Mariano, pero crece hacía abajo. Pocas ramas, pocas hojas y muchas y profundas raíces.
No puedo dejar de mencionar el robo de los derechos a la libertad, a la solidaridad, hoy mostrarnos solidarios, y pongo como ejemplo ayudar para evitar el desahucio de un familiar, puede costarnos una sanción de 30.000 euros. El robo del derecho a una justicia gratuita, al de una vivienda digna, al de un trabajo estable. Nos han hurtado la ilusión, la esperanza, el bienestar y la fe en un futuro mejor, pero eso sí, nunca podrán arrebatarnos la dignidad. No podrán.
No, no me olvido de la propuesta de Podemos de establecer una jornada laboral de 35 horas semanales. No sé si esto llevará a conseguir más puestos de trabajo, pero de lo que si estoy seguro es de que se ajustaría, y no del todo, a adecuar las horas trabajadas con la realidad de los más que recortados salarios que actualmente vienen percibiendo los trabajadores.
Estas son las dos Españas. La de “Mariano en el País de las Maravillas” y la del “Apocalipsis”, donde la primera muestra a diario su total y absoluto desprecio e indiferencia a la segunda.
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