¿Regenerar? ¿Regenerar qué?
No sé si esta macrorredada que ha llevado ante la justicia a más de 50 individuos y que ha provocado el que un considerable número de ellos estén ingresados en prisión tiene algo que ver con lo de las guerras púnicas por aquello de que lo que al parecer se ha desatado una guerra abierta contra la corrupción, lo que si se está dando debido al carácter entre morboso y chistoso al que tan dados somos los españoles es la proliferación de una serie de chistes y chascarrillos y algunos de ellos me voy a permitir señalarlos: En lo que respecta al pago de la fianza del exalcalde socialista de Parla que dijo que la fianza la había pagado su padre del dinero, 60.000 euros, de su pensión, está “aquell que diu” que un amigo le dice al otro: “¿Sabes? Ahora la pensión del abuelo ya no solamente sirve para darle sustento a la familia de los hijos en paro y sin subsidio, ahora también sirve para pagar la fianza y sacar a los hijos de la cárcel”. O ese otro en el que se cuenta que hay dos vejetes flojos de oído y que escuchando lo que el exalcalde popular de Collado Villalba argumentaba en su defensa a través de la tele insistiendo una y otra vez en que él era inocente, uno de los ancianos le pregunta al otro: “¿Ha dicho que es inocente o indecente?” Respondiéndole el interpelado: “Ha dicho que se llama Vicente”. O esa información que dice que para sacar de su sillón al presidente de la Diputación Provincial de León han tenido que intervenir los bomberos ya que estaba pegado a la poltrona con Loctite, cuando en realidad lo que ha ocurrido es que su partido el PP le ha planteado, algo insólito, una moción de censura para bajarlo de la “burra” y que lo de los bomberos no era cierto.
Pero es a partir del inicio de la Operación Púnica cuando más se habla de regeneración, de la regeneración de la clase política, de ciertas cosas del sistema político actual, yo no veo que haya que regenerar nada, tanto en la izquierda como en la derecha hay personas lo suficientemente honestas y capacitadas para sacar adelante a este país sin echarse nada que no sea suyo a sus bolsillos, lo que hay que cambiar son a los golfos, estafadores, defraudadores y sinvergüenzas por gente honrada y con verdaderos deseos de servir a los demás. No, yo creo que no hay que regenerar, lo que hay que hacer es reformar y ampliar los textos legales, la Constitución y el Código Penal, para mejorar la Administración de Justicia dotándola de los medios necesarios con el fin de agilizar los procedimientos tanto de tipo civil como penal y con ello resolver situaciones indecorosas e indecentes que hablan bien poco en favor de lo que tiene que ser una sociedad donde la transparencia sea el máximo exponente de la decencia y del buen hacer. Hay que acelerar los procedimientos penales para que los que corrompen y los corrompidos, entre ellos los del caso Noos, los del caso Gürtel, los del caso Bárcenas, los implicados en los ERE de Andalucía, los de las tarjetas “Black”, los que han perpetrado los “asesinatos” de la CAM y Bankia, los que han engañado a los modestos ahorradores con la estafa de las preferentes, los que han malgastado el dinero de los contribuyentes en proyectos tan faraónicos como ruinosos y no prioritarios como Terra Mítica, la Ciudad de las Artes y las Ciencias, La Ciudad de la Luz, el Aeropuerto de Castellón, los proyectos “calatravistas” sin realizar pero pagados y cito estos porque son los que más directamente nos afectan a los valencianos, hay muchos más, para que todos esos responsables sean llevados ante los tribunales de justicia y sean juzgados, sentenciados, condenados y encarcelados dentro del más breve y corto espacio de tiempo y sin ningún tipo de beneficio penitenciario y que cumplan íntegramente sus condenas.
Reformas, como antes he dicho, son los que se precisan para mejorar la acción de la justicia, de la ley, pues demostrado está, lo estamos viendo a diario, que las leyes civiles y penales actuales solo benefician a los grandes delincuentes, a esos que entran en la cárcel por una puerta y salen de inmediato por otra y al final es el juez que ha ordenado su encarcelamiento el que pasa a engrosar las cifras de parados. Y no, no me olvido de esos que pusieron a todos estos delincuentes en sitios donde solo había que alargar la mano para coger lo que no era suyo. Dicen que se ven engañados, que se equivocaron al designarlos para esos cargos. Ellos son tan culpables como los que han delinquido. A estos hay que apartarlos del poder y de este modo quitarles la prerrogativa para nombrar a otros, porque si así no se hace incurrirán en los mismos ¿errores? y será como una especie de volver a empezar. El cuento de nunca acabar.
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