El último tren de Gun Hill
Fue un ocho de enero de 2015 cuando saltaba a los medios de comunicación la gran noticia: El Convento de las Clarisas, después de haberle dado una buena rascada al mugre de sus viejas paredes y una mano de pintura a las deterioradas maderas de sus ventanales así como la reparación de su techumbre iba a ser abierto al público para deleite de los ilicitanos que si esperan encontrar algún vestigio relacionado con lo más arcano, misterioso o secreto que se haya podido dar entre sus viejos muros creo que van a sufrir una enorme decepción.
Lo dicho anteriormente no es una crítica al hecho de su apertura al público sino a la forma de actuar de la señora Alonso cuando estaba en la oposición que en realidad no difiere mucho, nada, de cómo lo hace en la actualidad. El caso es que el 20 de noviembre de 2008 el portavoz del grupo municipal comandado por esta señora, entonces en la oposición, Manuel Latour y ante la intención del gobierno municipal socialista de rehabilitar este antiguo edificio, manifestaba lo siguiente: “El Ayuntamiento de Elche no está en estos momentos para embarcarse en grandes inversiones. La restauración del edificio se debería posponer porque lo primero es sanear las arcas municipales y dejarse de obras fantasiosas”. Por lo visto las arcas municipales están ahora saneadas, nada demuestra que esto sea así, el IBI ha subido un 18% desde que esta señora está en el sillón y ha rechazado la oferta de la oposición para bajarlo, junto con otros impuestos, a cambio de dar su aprobación a los presupuestos para 2015 y si el portavoz de esta señora consideraba que era una obra “fantasiosa” no veo que haya podido cambiar para que ahora no lo sea. Ahora se han gastado 200.000 euros que vengan de donde vengan provienen del bolsillo de los contribuyentes. Creo que en aquel entonces procedía restaurar este antiguo edificio, pero como es habitual la derecha intolerante e intransigente se opuso a ello. No, no se me escapa querido lector que a usted le habrá llamado la atención el que titule este comentario como lo he hecho, efectivamente no tiene nada que ver el tren con el convento, pero si tiene que ver y mucho, con el hecho de que la proyectada y necesaria estación del AVE para una ciudad de casi 240.000 habitantes y toda la población de la comarca adyacente, haya quedado en un simple apeadero total y absolutamente insuficiente para el tráfico de viajeros que en ella se va a generar. El título me ha venido a la mente porque me he acordado de aquella vieja película que se desarrollaba en el inhóspito y salvaje oeste americano, en un poblacho de mala muerte llamado Gun Hill que contaba con un cochambroso apeadero donde el tren no se detenía y lo máximo que hacía era aminorar un poco la marcha para que algún pasajero, cuando lo había, lo tomase en marcha. En todo esto es en lo que ha quedado la ambiciosa iniciativa de la alcaldesa mediante la cual reivindicaba y exigía, estando en la oposición, que la estación del AVE se ubicara en el centro de la ciudad, nunca dijo el lugar, si se refería a La Glorieta, al Paseo de les Eres de Santa LLucía, a la Plaza del Raval o a la del Congreso Eucarístico, no veo yo más espacios en el centro de Elche, todo ha quedado en un sencillo apeadero que en absoluto hace justicia y cubre las necesidades de Elche y su comarca y que una vez más se pone de manifiesto el ninguneo y el mal trato que sufrimos los ilicitanos tanto por parte del Gobierno central como del valenciano. Esto es más que ofensivo a más de humillante y ridículo y desde luego poco operativo y mucho menos funcional.
No, no me olvido de que la hoy alcaldesa reivindicaba la estación aparte de en el centro de la ciudad en otro lugar. También el 20 de junio de 2013, ya en la alcaldía, apuntaba que también se podría ubicar en el Aeropuerto, que creo que coge un “poquito” más lejos que en Matola, pero claro esto son cosas de su permanente incoherencia y de no saber nunca en qué lugar debe estar. Vamos, que no se entera esta señora.
En cualquier caso hay una cosa que me tiene un tanto intrigado y esta no es otra que porqué si para salirse con la suya en lo del Nuevo Mercado recabó apoyos y firmas de todo “quisqui” y lo mismo para añadir el nombre de Elche en el rótulo de el Aeropuerto de Alicante que para mí debería haber sido el de Elche-El Altet, no lo ha hecho en esta ocasión para evitarle esta humillación a Elche dejándolo a la altura de Gun Hill. Pero si nos paramos a pensar encontraremos la respuesta, una respuesta que no es otra que de que en lo del Nuevo Mercado y en lo del aeropuerto esas firmas no iban contra el Gobierno de Rajoy, vía Ministerio de Fomento, y en la de la estación del AVE sí. Esa es la diferencia y ese es el porqué. Había que pararle el golpe al jefe.
Ahora bien, el que sí lo ha aclarado ha sido ese portento de concejal de Urbanismo del que disfrutamos los ilicitanos, a la pregunta del porqué del apeadero y no una estación como corresponde Vicente Granero, un crack, ha respondido argumentando que la culpa es de que los socialistas decidieron que estuviera en Matola, y pregunto yo a este ilustre varón: ¿Qué tiene que ver la ubicación con el liliputiense tamaño de la pseudoestación? Claro que qué respuesta se puede esperar de este personaje.
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