La romería de Santa Mercedes
La romería que en honor de San Antón que se viene celebrando en Elche desde la Edad Media, siglos V al XV, ha llegado, ya entrado el siglo XXI, a su fin como tal homenaje al patrón de los alpargateros. A partir de 2015 esta romería pasará a ser celebrada en honor de Santa Mercedes, alcaldesa de Elche. Por tanto se procederá, así debería hacerse, a cambiarle el nombre a la ermita en cuyos alrededores se celebran diversos festejos populares. El “Porrat”.
El caso es que la alcaldesa Mercedes Alonso, ha venido a redimir al barrio de San Antón de los problemas que están sufriendo los vecinos motivados por el deterioro de sus viviendas. La cosa se concreta en que a la vista de las próximas elecciones municipales la alcaldesa ha decidido construir un bloque de 74 viviendas, de un total de alrededor de casi 1.000 que se precisan y ha prometido que en los próximos dos o tres años se construirá el resto, algo que no cuadra, ni por asomo, si tenemos en cuenta que este diario el 16-01-2007 daba cuenta de las declaraciones del entonces presidente de la AA.VV y hoy concejal del PP, Daniel Rubio, en las que después de una reunión celebrada el día anterior en Valencia en la sede de la Consellería de Urbanismo, en las que ponía de manifiesto su satisfacción por que “se había llegado a un buen acuerdo” y que las obras de renovación del barrio “no estarán completamente terminadas hasta que pasen 8 o 10 años” decía. Ahora, ocho años después dice la alcaldesa y el mismo concejal, que se pueden acabar en dos o tres años, este milagro no se le puede atribuir ya a San Antón sino a Santa Mercedes y digo milagro porque con la quiebra galopante del Consell, me refiero a los “chavos”, no veo yo que esto se pueda llevar a efecto. Creo que con estas 74 viviendas la cosa está más que servida. Se trata como ya he dicho en otra ocasión de “mantente mientras me votan”. En dicha reunión en Valencia estuvo presente la nueva santa milagrera y actual alcaldesa.
Evidentemente lo que realmente hay detrás de todo este montaje es una maniobra de la confusión para ocultar el total y absoluto desinterés por solucionar el problema del barrio. Este traspaso de “poderes” del Consell a la empresa municipal Pimesa pone de manifiesto esa desidia ya que este traspaso podría haberlo hecho hace muchos años en los que la situación económica era otra muy distinta de la actual y seguramente el problema estará casi resuelto. Esto, sin duda alguna, va a repercutir en el bolsillo de todos los ilicitanos por esa “insuficiencia”, dicho en román paladino quiebra económica, por la que atraviesa el Consell lo que motivará el que sea la empresa municipal Pimesa la que tenga que cargar con los pagos al constructor a fin de evitar que ocurra lo que ya ocurrió con el retraso de varios meses en el acabado de la urbanización de parte de la zona por impago de las certificaciones de los distintos tramos de obra realizados. Esto, seguro, seguro, que va a ocurrir y que Pimesa se endeude hasta las cejas. Quiero recordar que la corporación anterior, los socialistas consideraron conveniente y para ello aprobaron, era un 22 de julio de 2010, que Pimesa aportara un millón de euros para reparación de las viviendas del barrio y al día siguiente Mercedes Alonso, acusaba a los socialistas de querer “descapitalizar” a Pimesa.
No, Santa Mercedes no va a ser la patrona de los alpargateros sino la de las incógnitas que se plantean en todo este montaje electoral y que entre otras son las siguientes: ¿Qué pasará con los vecinos que no puedan afrontar la compra de una nueva vivienda o el pago de un alquiler? ¿Serán desalojados de forma forzosa? porque está muy claro que para construir un segundo bloque y así sucesivamente, hay que ir desalojando y derribando otros y claro está, esto no se puede hacer si los bloques viejos siguen parcialmente ocupados. ¿Dónde alojarían a esos vecinos que no puedan afrontar la compra o el alquiler? ¿Qué pasará cuando distintos vecinos elijan una misma vivienda? ¿Cómo se va a resolver todo esto? Todas estas incidencias se pueden plantear y de eso desde el Ayuntamiento no se dice nada. También habría que dejar bien claro que ante esa posibilidad que la alcaldesa plantea de no indemnizar a los vecinos sino de que Pimesa les compre la vivienda ya que aquí se plantean también dos interrogantes: ¿A qué precio? ¿A precio de derribo? Si es por esto último hay que tener en cuenta las malas condiciones en que están la mayoría de las viviendas del barrio y que muchísimas de ellas podrían ser declaradas en estado ruinoso lo cual comporta el desalojo inmediato de las mismas y a muy bajo precio. De esto hay muchos precedentes. No sería nada nuevo. Por último la pregunta del millón: ¿Quién le va a facilitar los préstamos a los vecinos que no dispongan de dinero para adquirir las viviendas? ¿Quién sería su avalista? Tendrían que irse a un alquiler en el caso de que pudieran asumir esa carga mensual.
Acabo con las declaraciones de un vecino hechas a este diario el 7 de abril de 2011: “Lo que es necesario ahora no solo es que empiecen las obras, sino que toda la historia acabe bien para que dentro de poco la mayoría de los pisos no acaben en manos de la Generalitat”. Añadiendo: “El problema que vamos a tener muchos, sobre todo los jubilados, es que no vamos a poder hacer frente a tantos pagos, con las letras de los pisos y los gastos de comunidad sobre todo”. Los problemas para los vecinos comienzan ahora.
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