¿LA MUJER MANO DE OBRA BARATA?
El pasado día 8, precisamente el día de la mujer trabajadora, el empresario que nunca ha tenido empresa y ex abogado del antiguo sindicato vertical franquista, y eterno presidente de los empresarios, José María Cuevas, se despachaba a gusto criticando, más que alabando, a los empresarios vascos, a la actitud del Gobierno en la OPA de Endesa y a la Ley de Igualdad. Las dos primeras cuestiones han tenido un amplio eco en todos los medios de comunicación y la tercera ha pasado totalmente inadvertida. Refiriéndose a la Ley de Igualdad, Cuevas decía cosas tales como asegurar que el "dialogo social" ha sufrido un "rejón de muerte" por el hecho de que el Gobierno haya aprobado la Ley de Igualdad en contra de las opiniones de los empresarios. Una Ley que, según decía Cuevas, el mundo empresarial rechaza de forma generalizada. Añadiendo que con dicha Ley se intenta limitar la "esencia" de las empresas: su libertad para contratar y organizarse. O sea, que según Cuevas, los empresarios quieren que siga habiendo más hombres que mujeres con trabajo remunerado. Que haya más mujeres que hombres en situación de paro. Que a igual trabajo los hombres sigan cobrando más que las mujeres. Que la diferencia entre hombres y mujeres desempeñando tareas de dirección sea aún abismal. Y se oponen, según Cuevas, a eliminar toda discriminación contra la mujer. A crear condiciones que permitan ejercer el derecho a la conciliación de la vida personal y laboral. A acabar con el acoso sexual y el acoso por razón de sexo. A que la Seguridad Social proteja la maternidad de todas las trabajadoras. A promover la representación de hombres y mujeres en todos los ámbitos de las administraciones públicas. A que en todos los convenios colectivos (cerca de 5.000) se negocien medidas de igualdad. A que en la empresas con más de 250 trabajadores tengan derecho a negociar en sus convenios laborales Planes de igualdad, que garanticen igualdad de trato entre hombres y mujeres a efectos de acceso al empleo, clasificación, promoción profesional, formación y retribuciones. Al derecho del trabajador/a a adaptar la duración y distribución de su jornada de trabajo. Al derecho a reducir la jornada entre un octavo y la mitad por cuidado de menores de 8 años o personas con discapacidad. Al derecho del padre a disfrutar el permiso de maternidad en caso del fallecimiento de la madre, aunque ésta no realizara ningún trabajo. A la ampliación en dos semanas del permiso de maternidad en caso de nacimiento, adopción o acogimiento de hijo discapacitado. Este derecho podrá ejercerlo la madre o el padre. A las convocatorias para el acceso al empleo público que no contengan requisitos que sean perjudiciales para las mujeres. Al reconocimiento de las prestaciones de permiso por paternidad. A la ampliación a siete años del periodo en que se debe haber cotizado 180 días para tener derecho a la prestación por maternidad. A la creación de un nuevo subsidio por maternidad. A la consideración como periodo de cotización efectiva de los dos primeros años de excedencia por cuidado de hijo y del primer año de excedencia por cuidado de familiares. Al no descuento de la prestación por desempleo del tiempo del permiso de maternidad y paternidad. Al reconocimiento del subsidio de maternidad y del permiso de paternidad a los trabajadores autónomos. Eso es lo que, según Cuevas, quieren los empresarios y a lo que se oponen, porque todo eso se halla contemplado en la Ley de Igualdad es por lo que muestran su disconformidad. Por lo visto quieren seguir contando con la mujer como mano de obra barata. |
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