Los generales de Bush
¿Cuántos atentados hubo ayer en Iraq? ¿Cuántos anteayer? y antesdeayer ¿cuántos se produjeron? ¿Cuántas personas murieron ayer victimas de estos atentados? ¿y anteayer y antesdeayer, cuantas perdieron la vida? ¿Cuántos morirán mañana, pasado mañana y en los días siguientes? Son tantos los atentados y tantas las personas afectadas ya que es imposible llevar la cuenta. A los que aún nos asomamos a las noticias provenientes de Iraq, aunque no ya con tanta atención como al principio del conflicto, nos da la impresión de que en las redacciones de los medios de comunicación tienen ya la crónica escrita de antemano solo a falta de poner el número de víctimas.
¿Cuándo acabará esta sangría, este horror y ese terror que están padeciendo los iraquíes? ¿Qué delito han cometido para merecer tal castigo? ¿El que hubo una época en que sufrieron la dictadura de un asesino llamado Sadam Hussein? ¿O el de ser uno de los países con más reservas petrolíferas? Yo creo que es más bien por esto último.
Bush, el que con sus andares y hechuras me recuerda a los tipos duros del viejo Far West, no ha puesto plazo, a pesar del requerimiento del Congreso de los Estados Unidos, al fin de esta guerra. No hace mucho tiempo lo dejaba muy claro: “Nos iremos de Iraq cuando lo digan los generales, no las encuestas”. Bush, “pasa” de los ciudadanos norteamericanos, máxime cuando ya no le hacen falta sus votos al no poder repetir mandado por precepto constitucional. Es su partido, el Republicano, quien pagará los platos rotos, es por este motivo por el cual sus principales colaboradores le están abandonando. El capitán “Araña”, Bush, será quien al final se quede solo en el barco, pero a él que más le da. El objetivo que se marcó Bush, el petróleo de Iraq, para él y para sus socios lo ha conseguido. Nadie sabe que está pasando con el crudo que se sigue extrayendo del subsuelo iraquí. Ni quien lo hace, ni quien lo comercia, ni quien lo recibe, ni quien lo cobra y muchos menos quien lo paga. Hay una especie de Ministerio del Petróleo tutelado, como no, por los políticos y los militares estadounidenses que no es otra cosa que un ente fantasma para guardar las formas. En Iraq hay hambre, hay sed, hay necesidades de todo tipo, no hay medicinas ni hospitales ni médicos ni la más mínima calidad de vida, pero de allí salen a diario millones de barriles de crudo, pero de esto no dicen nada los medios de comunicación más importantes a nivel mundial, llámese CNN o cualquier medio de la prensa escrita con prestigio internacional. Eso no es noticia.
Hay que admitir que Bush, no es tan poco inteligente como dicen, por que un sujeto como él que ha sabido utilizar los medios del Estado, dinero y fuerzas armadas, para sus intereses personales y el de sus amigos, no hay que dejarlo de lado. Tonto del todo no es. En cualquier caso el tonto de mi pueblo se dedica a pedir dinero a todo el mundo y a pellizcar a las señoras en el trasero. Luego no es tan tonto el tonto de mi pueblo.
Si los generales de Bush, son los que tienen que decidir cuando se acaba lo de iraq, la cosa va para largo. Hay mucho petróleo enterrado en ese país. Y muchos muertos también. Pero esto último ¿a quien le importa?
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