Más dinero en el bolsillo
Si en la primera parte de la Convención de Partido Popular Acebes y Zaplana hablaron de confianza y de dignidad, no tenían a nadie mejor para hablar de estas dos cuestiones, en la segunda parte habló Rajoy y dijo que iba a llenar de dinero los bolsillos de los españoles y principalmente el de las mujeres.
Dijo Rajoy que con las reformas fiscales que piensa aplicar si llega al Gobierno de España, los ciudadanos dispondrán de “más dinero en el bolsillo para que así puedan hacer frente a la subida de los precios y las hipotecas”. Evidentemente esta es una medida, la de bajar los impuestos, para favorecer a los empresarios y a los que más ganan, lo correcto sería, para hacerle frente a la subida de los precios y de las hipotecas, ajustar los aumentos salariales al de la subida real de los precios y del precio del dinero. Un IPC que reflejara la verdad. Nadie da los “duros a medias” y todos tenemos muy claro que a menos impuestos menos prestaciones por parte del Estado a los ciudadanos. Eso ya lo pudimos comprobar cuando el “célebre” déficit cero de Aznar, que las prestaciones en materia de Sanidad, de Educación, de becas, de servicios sociales, cayeron en picado.
Dice Rajoy que el PP “apuesta ahora por la discriminación positiva”. Es la primera vez que oigo que una discriminación es positiva para alguien, discriminar siempre es dar un trato inferior, y esa discriminación va a consistir, según Rajoy, “en incentivar el trabajo de las mujeres y su permanencia en el mercado laboral”. Esta iniciativa de Rajoy es un insulto más que añadir a la poca consideración que a la derecha le merece la mujer. Lo positivo sería que desde el PP se siguiera la pauta marcada por el Gobierno de Zapatero, a través de la Ley de Igualdad, ley que por cierto el PP votó en contra y además ha presentado un recurso contra ella, y considerar lo de a igual trabajo igual salario sin distinción de sexo. Eso si es hacer algo por mejorar y dar a las mujeres los derechos que durante siglos se les ha negado.
Para apoyar tan suculenta oferta, Rajoy ha recordado la intervención de aquella señora que en el programa de TV1 “Tengo una pregunta para usted” le dijo el importe de la prensión que ella percibía y le preguntó a Rajoy que cuanto ganaba él, la señora, y los españoles, aún estamos esperando la respuesta, y dice Rajoy que aquella experiencia fue determinante a la hora de elegir su programa electoral. Rajoy, se resiste a darse por aludido. Lo que la señora le planteó fue la diferencia abismal existente entre el sueldo de un jubilado o pensionista con el de un político. Eso es lo que tiene que enmendar Rajoy. Diferencias las hay, y las seguirá habiendo, pero se trata de corregir el que unos dispongan de mucho y otros de nada. Esto es lo que está intentado hacer el Gobierno de España a la hora de revisar el salario mínimo interprofesional (SMI), que al menos los menos favorecidos dispongan de un salario que cubra sus mínimas necesidades ya que un sueldo de estas características, como es el SMI, no da para muchas alegrías.
No puedo cerrar este comentario sin citar las palabras de Juan Costa, director del programa electoral del PP, manifestando que en el PP “quieren cerrar heridas” “aprendiendo a perdonar”. A perdonar ¿qué? y ¿a quién? ¿A los gallegos que sufrieron el desastre del Prestige? ¿A las 191 víctimas del atentado del 11-M como consecuencia de habernos metido en una guerra que no era la nuestra? ¿A los 62 soldados muertos en el accidente del Yak-42? ¿El haber impulsado Aznar la reunión de las Azores? ¿El PP es el que tiene que perdonar?
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