Hacia una España Mejor

jueves, abril 10, 2008

Sin hipotecas


Aunque ya consta un precedente en la investidura de Leopoldo Calvo Sotelo, aunque aquel nombramiento fue de puro trámite por las circunstancias que se daban en la extinta UCD, se podría decir que es Zapatero el que no ha salido investido como presidente en la primera votación y que por tanto ha tenido que someterse a una segunda elección. Pero hay otra primera vez y esta se concreta en que hay que tener en cuenta que Zapatero es nombrado presidente del Gobierno sin tener que pasar por hipotecarse, ni comprometerse, con otras fuerzas política, principalmente las de signo nacionalista. Es decir: que no ha tenido que pasar por la bochornosa y ridícula situación de aquello de “Pujol, enano, habla castellano” a verse obligado a rectificar y decir, como dijo otro, que “hablo catalán en la intimidad y con los amigos”. No, Zapatero no ha hecho el ridículo, en absoluto, ni debe suponer para él un demérito el ser investido presidente solo con los votos de su partido. Hay otro por ahí que ya veremos como sale de ese Congreso de su partido en el que de momento se le cuestiona por muchos como líder carismático. Aunque al final y con bastante suerte, puede que le salga bien.
No, Zapatero solo ha adquirido un compromiso serio a través de su discurso de investidura, ese compromiso no es otro que el de que no recortará las medidas sociales a pesar de que él mismo ha dicho que prevé dos años económicos muy difíciles. Zapatero se ha comprometido con todos los españoles y se ha comprometido a seguir apoyando y ayudando a las personas discapacitadas, a las personas dependientes, a los pensionistas y jubilados, a la familia, a los estudiantes, a los jóvenes en general, a poner todos los medios para que la gente tenga trabajo y a mantener la misma línea que ha venido manteniendo y ampliando en estos cuatro último años en política social. Este y no otro, es el compromiso que más necesitan los españoles y eso lo va a hacer efectivo José Luís Rodríguez Zapatero.
Para los españoles debe suponer una garantía el hecho de que un Gobierno comience su andadura sin ningún tipo de atadura a otros intereses muy localistas que en modo alguno son compatibles ni comparables a los intereses generales. Ya está bien de que cuatro votos y medio supediten a un Gobierno a gobernar como a estos minoritarios se les antoje.
Lo malo no es ser investido presidente en una segunda votación, lo malo sería el tener que llegar a declarar públicamente que habla catalán, o euskera, sin tener ni “repajolera” idea de estos dos idiomas.