The patriot
No, no me he sentado ante el teclado de mi ordenador para escribir sobre la película protagonizada por Mel Gibson, titulada “The Patriot” –“El Patriota”- me he puesto a escribir desde la emoción que me produce ver la enorme lección de patriotismo que a todos los españoles nos ha dado la familia Botín, como se sabe, afamados banqueros afincados en este país.
El leer en la prensa que como consecuencia del requerimiento que en mayo de 2010 hizo la Agencia Tributaria a 659 contribuyentes tras ser alertada por las autoridades francesas sobre personas con fondos no declarados en la filial del HSBC en Suiza (esos datos fueron robados por un exdirectivo, lo que ha generado problemas en Francia en la persecución penal de los presuntos defraudadores).
Según la prensa, el origen del patrimonio en Suiza de la familia Botín, que podría superar los 1.000 millones, a tenor de la cantidad pagada a Hacienda, 200 millones, se debe a la huida del padre del actual presidente del Grupo Santander a ese país en 1936, cuando acababa de estallar la Guerra Civil española y fue cesado de sus cargos en la entidad financiera. Durante su estancia en Suiza, Emilio Botín Sanz de Sautuola y López trasladó allí parte del patrimonio familiar, que ha sido administrado por una fundación incluso después de su fallecimiento en 1993.
Ante este hecho la Agencia Tributaria requirió a la familia Botín que regularizara su situación, lo cual no les evitará pagar una multa que puede oscilar entre el 20% de la cantidad defraudada. Por cierto la familia Botín ha tenido que ser requerida en dos ocasiones lo que ha sido considerado, según la prensa, por parte de los Técnicos del Ministerio de Hacienda, como de “trato de favor” dispensado a la familia Botín, ya que se les dio una segunda oportunidad para pagar voluntariamente que no se le ofrece al resto de ciudadanos.
A partir del segundo requerimiento la familia Botín, procedió, según sus miembros, a regularizar “voluntariamente” sus declaraciones del IRPF y del Impuesto del Patrimonio lo que ha provocado el pago de esos 200 millones más esa multa que les puede caer del 20% sobre el total del importe defraudado. Creo que con esa acción “voluntaria” después de figurar en las listas robadas al banco suizo HSBC que los Botín también estaban entre esos 659 que las autoridades francesas entregaron sobre personas con fondos no declarados en la filial del HSBC en Suiza y de los dos requerimientos es digna de resultar la “voluntariedad” de la familia Botín y como no, su patriotismo al pagar, puntualmente no, pero si a posteriori después de ser requerida en dos ocasiones lo que no pago, seguramente por una simple “distracción”, en su momento.
Al margen de la emoción que me produce esta actitud de la familia Botín, hay dos cosas que no acabo de entender, la primera se concreta en el hecho de que como siendo propietaria, o la mayor accionista de un banco en constante crecimiento, no tenía esos mil millones de patrimonio, supongo que será parte del total patrimonial, depositados en su banco, cuando hoy por hoy es un banco seguro y se van a la lejana Suiza y lo que no tengo claro es si ahora a los presuntos defraudadores se les llama “defraudadores” o “maleducados”. Digo esto porque en la última Junta que ha celebrado el Banco de Santander muy recientemente, un accionista le preguntó al presidente que le explicara cómo estaba el asunto de Suiza, a lo que Emilio Botín le respondió, más o menos, que eso no entraba en el orden del día y que se ciñera, el preguntante, al mismo, ante esta respuesta el accionista le dijo a Emilio Botín que era un “maleducado”. Esto me tiene un poco confuso. Espero que al final se aclare todo ya que es muy importante el saber que un señor como Emilio Botín que exige sacrificio y trabajo a todos para salir de la crisis, tenga, él y su familia, parte de su patrimonio depositado más allá de los Pirineos, y no circulando por nuestros mercados que buena falte le hace a este país.
El leer en la prensa que como consecuencia del requerimiento que en mayo de 2010 hizo la Agencia Tributaria a 659 contribuyentes tras ser alertada por las autoridades francesas sobre personas con fondos no declarados en la filial del HSBC en Suiza (esos datos fueron robados por un exdirectivo, lo que ha generado problemas en Francia en la persecución penal de los presuntos defraudadores).
Según la prensa, el origen del patrimonio en Suiza de la familia Botín, que podría superar los 1.000 millones, a tenor de la cantidad pagada a Hacienda, 200 millones, se debe a la huida del padre del actual presidente del Grupo Santander a ese país en 1936, cuando acababa de estallar la Guerra Civil española y fue cesado de sus cargos en la entidad financiera. Durante su estancia en Suiza, Emilio Botín Sanz de Sautuola y López trasladó allí parte del patrimonio familiar, que ha sido administrado por una fundación incluso después de su fallecimiento en 1993.
Ante este hecho la Agencia Tributaria requirió a la familia Botín que regularizara su situación, lo cual no les evitará pagar una multa que puede oscilar entre el 20% de la cantidad defraudada. Por cierto la familia Botín ha tenido que ser requerida en dos ocasiones lo que ha sido considerado, según la prensa, por parte de los Técnicos del Ministerio de Hacienda, como de “trato de favor” dispensado a la familia Botín, ya que se les dio una segunda oportunidad para pagar voluntariamente que no se le ofrece al resto de ciudadanos.
A partir del segundo requerimiento la familia Botín, procedió, según sus miembros, a regularizar “voluntariamente” sus declaraciones del IRPF y del Impuesto del Patrimonio lo que ha provocado el pago de esos 200 millones más esa multa que les puede caer del 20% sobre el total del importe defraudado. Creo que con esa acción “voluntaria” después de figurar en las listas robadas al banco suizo HSBC que los Botín también estaban entre esos 659 que las autoridades francesas entregaron sobre personas con fondos no declarados en la filial del HSBC en Suiza y de los dos requerimientos es digna de resultar la “voluntariedad” de la familia Botín y como no, su patriotismo al pagar, puntualmente no, pero si a posteriori después de ser requerida en dos ocasiones lo que no pago, seguramente por una simple “distracción”, en su momento.
Al margen de la emoción que me produce esta actitud de la familia Botín, hay dos cosas que no acabo de entender, la primera se concreta en el hecho de que como siendo propietaria, o la mayor accionista de un banco en constante crecimiento, no tenía esos mil millones de patrimonio, supongo que será parte del total patrimonial, depositados en su banco, cuando hoy por hoy es un banco seguro y se van a la lejana Suiza y lo que no tengo claro es si ahora a los presuntos defraudadores se les llama “defraudadores” o “maleducados”. Digo esto porque en la última Junta que ha celebrado el Banco de Santander muy recientemente, un accionista le preguntó al presidente que le explicara cómo estaba el asunto de Suiza, a lo que Emilio Botín le respondió, más o menos, que eso no entraba en el orden del día y que se ciñera, el preguntante, al mismo, ante esta respuesta el accionista le dijo a Emilio Botín que era un “maleducado”. Esto me tiene un poco confuso. Espero que al final se aclare todo ya que es muy importante el saber que un señor como Emilio Botín que exige sacrificio y trabajo a todos para salir de la crisis, tenga, él y su familia, parte de su patrimonio depositado más allá de los Pirineos, y no circulando por nuestros mercados que buena falte le hace a este país.
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