Hacia una España Mejor

lunes, noviembre 28, 2011

Ahora toca marcharse

Como militante socialista quiero en primer lugar darle las gracias al compañero Alfredo Pérez Rubalcaba, por haber tenido lo que hay que tener, vergüenza y responsabilidad, cuando él no era responsable de nada, salvo de la derrota de los etarras a la que ha contribuido en mayor medida que nadie, para dar la cara y presentarse como candidato de la presidencia del Gobierno aún a pesar de que era consciente de que iba camino de la hoguera. Otro en cambio no ha tenido la dignidad suficiente para haberle acompañado en su intervención ante los medios de comunicación y ante los españoles a través de la televisión en la noche electoral. Por lo visto lo suyo es tirar la piedra a la cabeza de todos los españoles y esconder la mano. Me refiero a quien creía que no era suficiente causa de rechazo hacia el PSOE el hecho de los casi cinco millones de parados y encima haber llevado a efecto ajustes que han tenido la virtud de cabrear e indisponer a trabajadores, pensionistas y funcionarios, en definitiva, a todos los españoles. No dejó títere con cabezas. Estas medidas que ningún socialista con principios se hubiera atrevido a aplicar, como ejemplo se puede poner al del expresidente portugués Sócrates, que prefirió dimitir antes de ejecutar el mandato de la Unión Europea, el mismo que se le dio a quien ha sacrificado a Rubalcaba, estas “instrucciones”, de las que Rajoy no se va a librar, o le puede ocurrir aquello de “o tragas o a la carretera”, es lo que le ha hecho suponer al ejecutor que era una cuestión de valentía y de responsabilidad, cuando en absoluto se trataba de valentías o de miedos, ni tampoco de responsabilidad, responsabilidad ¿ante quién? ¿Ante los que han salido perjudicados con esas medidas? ¿Ante todos los españoles? De lo que se trataba en realidad era de una cuestión de principios y un socialista que se precie no puede ser el brazo ejecutor de unas medidas total y absolutamente antisociales.
Creo que este es el momento de poner remedio a una situación que ha tocado fondo, espero, porque si no hay cambios a todos los niveles desde el local hasta el estatal pasando por el provincial y el autonómico, la cosa puede empeorar y provocar el que el PSOE entre en una situación comatosa de la cual tardaría décadas en salir. Me decía un amigo y compañero al día siguiente de la esperada debacle, que esto de los partidos políticos es algo que se puede comparar con una empresa. Si la empresa en cuestión fabrica un buen producto y este no se consigue introducir en los mercados la cosa está clara: Falla la red comercial, los vendedores, y ante esto cualquier empresario lo tendría claro: La solución es despedir a los agentes comerciales y poner a otros en su lugar y mi compañero, y pienso como él, está convencido de que el PSOE fabrica un buen producto: El conseguir el máximo de bienestar para la sociedad en su conjunto, pero el producto, a la vista está, no se vende y no hay dudas de cuáles son las causas: Fallan los vendedores, por tanto hay que cambiarlos y cuanto antes mejor. A todos y como he dicho a todos los niveles. Eso sí, conservando a Rubalcaba que ha demostrado que es consciente de que hay que estar a las duras y a las maduras para intentar salvar situaciones insalvables pero ante las que hay que dar la cara aunque esto fuera responsabilidad de otro. Políticos honestos y responsables como Rubalcaba, abundan poco y por tanto hay que conservarlos como oro en paño. No sé cuál será la decisión final de Rubalcaba, si se marcha o sigue, pero creo que nos haría un gran favor a todos a los socialistas y a los no socialistas, si decidiera ponerse al frente del partido.
Lo que si espero, a lo mejor peco de utópico, es que a los que ya lo han hecho y dicho todo en el PSOE, los que no han sabido conservar el patrimonio del PSOE, sus votantes y los intereses de estos, tengan la suficiente altura de miras para darse cuenta de que su tiempo ha pasado y que tienen que marcharse. Pero por si alguien no me ha entendido bien cuando digo “marcharse” es desde los que ocupan puestos dirigentes a nivel local, provincial, autonómico y estatal. Marcharse sin más; pero observo que alguno o algunos, se empecinan en mantenerse en el cargo sin tener razones de peso para pretender tal cosa, porque lo que últimamente han hecho ha sido perder y perder y cuando esto se repite la cosa está clara: Ahora toca marcharse.