Ana Mato, ¿ministra?
Siguiendo con esta intención mía, un tanto entrometida, lo reconozco y exponiéndome a que Rajoy me tache de pesado por mi insistencia en lo que respecta a proponerle nombres para formar su Gobierno, hoy quiero, no proponerle, pero si advertirle de que no se le vaya a ocurrir nombrar a Ana Mato, para ocupar el ministerio de Transportes, hoy Fomento, le puede dar otro, hay muchos, porque esta señora si no supo ver los medios de transporte con que contaba en su propia casa, recordemos que cuando el caso Gürtel salió a la palestra se dijo en los medios de comunicación que a su entonces esposo los de la Gürtel le habían, supuestamente, regalado, no recuerdo si uno o dos, coches de alta gama, los medios lo daban por cierto, y ante esto ella dijo que jamás los vio. Señalo esto porque en el caso de que Rajoy la nombrara ministra de Transportes nunca podría llegar a saber las necesidades reales que en materia de transportes pudiera haber en España ya que si no es capaz de ver lo que tiene en el garaje mal podría saber lo que hay, lo que falta o lo que sobra en materia de medios de transporte de todo tipo y en la red viaria, en todo el país.
Si me he atrevido a proponerle sin ambages a González Pons y a Arias Cañete, no lo voy a hacer en el caso de Ana Mato, pero sí por lo menos ponerle sobre aviso de la forma en que lo he hecho pues, como ya dije en una de mis anteriores, la cosa no está para perder el tiempo en ensayos sino para ir a “tiro fijo”. Camarón que se duerme se lo lleva la corriente.
Una vez más pido disculpas por mi atrevimiento, ¿quién soy yo para aconsejar a todo un señor presidente de Gobierno? Pero como buen ciudadano creo que estoy obligado a hacerlo.
Si me he atrevido a proponerle sin ambages a González Pons y a Arias Cañete, no lo voy a hacer en el caso de Ana Mato, pero sí por lo menos ponerle sobre aviso de la forma en que lo he hecho pues, como ya dije en una de mis anteriores, la cosa no está para perder el tiempo en ensayos sino para ir a “tiro fijo”. Camarón que se duerme se lo lleva la corriente.
Una vez más pido disculpas por mi atrevimiento, ¿quién soy yo para aconsejar a todo un señor presidente de Gobierno? Pero como buen ciudadano creo que estoy obligado a hacerlo.
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