El "taper" ejemplo de austeridad
El mismo día en que en 50 ciudades españolas se celebraban manifestaciones por el Primero de Mayo, Mariano Rajoy estaba en la finca los Quintos de Mora, propiedad del Estado, pasando dos días con su familia para relajarse o para pensar con que nuevo “recorte”, “ajuste” o “reforma” maligna nos va a sorprender a los españoles. El sector de la prensa que se dedica a alabar las glorias del presidente, ha destacado de este viaje que ha privado la austeridad ya que el presidente y su familia, para no molestar a los cocineros de la finca, ya que llegaban de noche, se llevaron la cena, que hicieron los cocineros de La Moncloa, en unos “taper”. El periódico El Plural recuerda una entrevista que la periodista Carmen Rigal, le hizo a Mariano Rajoy , en ella este se refirió a lo bien que se lo pasaba en un pueblecito de Toledo al que iba algún fin de semana a comer migas con huevo frito y a jugar al tute cabrón y recomendaba este plan. “migas, café, copa, puro y partida de tute cabrón”. Al parecer el “taper” de plástico ha dejado de ser un simple sustituto de la clásica fiambrera de aluminio para convertirse en el símbolo de la austeridad. Pero existe algo que empaña esa austeridad del “taper”. Ese algo no es otra cosa que el puro. El indispensable, para Rajoy, puro. El presidente suele fumar los habanos de la marca Lusitania de Partagás y en ocasiones se envalentona y se fuma un Montecristo A y es por ahí por donde la austeridad se va al garete. He entrado en Internet y he podido comprobar su precio, pero ¡ojo! su precio en marzo de 2007, no he podido encontrar otra tarifa más actualizada y a través de dicho medio de información he podido comprobar que un Lusitania cuesta 12,60 euros la unidad o sea 2.096 antiguas pesetas y el Montecristo A 24,05 euros, es decir 4.038 antiguas pesetas. Aquí sí que lo del “taper” se viene abajo. Lo que contenían los “taper” lo pagamos los españoles a lo que no hay nada que objetar, entra dentro de los gastos de presidencia, imagino que los puros también, ya directamente con los gastos de La Moncloa o a través del sueldo que le pagamos al presidente del Gobierno. A esto quiero recordar que cientos de miles de españoles, por no decir millones, han tenido que renunciar a su tabaco de siempre e irse a marcas más baratas o de peor calidad y hasta muchos han dejado de fumar, porque el bolsillo no da. Cierto es que tanto González como Aznar también fumaban puros habanos, González los célebres Cohibas y Aznar, el Punch Punch, pero cierto es también que no ocultaban su caro vicio dentro de un “taper”. Por cierto, el Lusitania lo describen los entendidos como un cigarro puro de calidad superior, una de las vitolas más majestuosas jamás creadas y un puro de aspecto imponente. O sea que la muestra de austeridad que se ha querido dar en el “taper” la neutraliza el tabaco.
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