¿En qué país vivimos?
Cada día que se pasa son muchos los españoles que se preguntan que en qué país vivimos. La mayoría de los que tal pregunta se formulan piensan que este es un país de “rajamantas”, “saltacorrales” y “robaperas” y si nos paramos a pensar veremos que esta pregunta tiene su fundamento. A diario leemos y escuchamos en los distintos medios de comunicación, prensa, radio y TV, una serie de supuestos y en otros confirmados, casos de corrupción de distinta naturaleza protagonizados por personajes de la vida pública que la verdad es que flaco favor le hacen a la imagen de este país.
Como ejemplo de ello citaré los más recientes. La verdad sea dicha es que si hago una relación más extensa de casos de corrupción el Espasa o el Larousse parecerían un libro de bolsillo al lado del que resulte de relatar tantos hechos. Pero a lo que voy. El presidente del Tribunal Supremo, Carlós Dívar, ha sido denunciado por un vocal del Poder Judicial ante la Fiscalía por una supuesta malversación de fondos públicos al entender el denunciante que el presidente del Supremo ha gastado casi seis mil euros en viajes privados. Es de esperar, confío en ello, que Carlos Dívar pueda demostrar su inocencia, porque si no apaga y vámonos. Por otro lado tenemos el caso de un técnico en arquitectura al cual la Generalitat Valenciana le ha llenado los bolsillos de dinero con millones y millones de euros por modificación y sobrecoste de los proyectos por él realizados y por otros que no se han llegado a materializar. También es de esperar que esto sea debidamente justificado ante la opinión pública porque los argumentos dados hasta ahora por las partes interesadas no han aclarado nada y por tanto no han convencido a nadie, al menos a mí no me han convencido y me considero, como contribuyente, con derecho a que esto se me aclare. Por otro lado tenemos el caso de un ex alto cargo de un ente público dependiente de la Generalitat Valenciana que ha declarado ante un tribunal de justicia que los regalos que le hizo uno de los imputados en el caso Gürtel son normales, de amigo a amigo. A mí no me parece tan normal y me gustaría saber porqué y desde cuando arranca esa amistad. Por último, no quiero cansar a nadie, esto podría ser la historia interminable, me referiré al caso del Conseller de Turismo de Baleares que contrató como asesora a su compañera con un sueldo de casi 50.000 euros, el periódico que daba la información no especificaba si el sueldo el anual o mensual, espero que fuera anual, pero quién sabe. Cosas más raras se han visto. Mientras la cosa no ha trascendido no ha pasado nada pero ahora que ha salido a la luz pública el conseller ha cesado a su compañera como asesora. Pero...preguntó yo: ¿Y si no hubiera trascendido? ¿La hubiera cesado? Me inclino a pensar que no.
Así están las cosas. La verdad es que dan para pensar y para mucho más y sobre todo para preguntarse que en qué país vivimos.
Como ejemplo de ello citaré los más recientes. La verdad sea dicha es que si hago una relación más extensa de casos de corrupción el Espasa o el Larousse parecerían un libro de bolsillo al lado del que resulte de relatar tantos hechos. Pero a lo que voy. El presidente del Tribunal Supremo, Carlós Dívar, ha sido denunciado por un vocal del Poder Judicial ante la Fiscalía por una supuesta malversación de fondos públicos al entender el denunciante que el presidente del Supremo ha gastado casi seis mil euros en viajes privados. Es de esperar, confío en ello, que Carlos Dívar pueda demostrar su inocencia, porque si no apaga y vámonos. Por otro lado tenemos el caso de un técnico en arquitectura al cual la Generalitat Valenciana le ha llenado los bolsillos de dinero con millones y millones de euros por modificación y sobrecoste de los proyectos por él realizados y por otros que no se han llegado a materializar. También es de esperar que esto sea debidamente justificado ante la opinión pública porque los argumentos dados hasta ahora por las partes interesadas no han aclarado nada y por tanto no han convencido a nadie, al menos a mí no me han convencido y me considero, como contribuyente, con derecho a que esto se me aclare. Por otro lado tenemos el caso de un ex alto cargo de un ente público dependiente de la Generalitat Valenciana que ha declarado ante un tribunal de justicia que los regalos que le hizo uno de los imputados en el caso Gürtel son normales, de amigo a amigo. A mí no me parece tan normal y me gustaría saber porqué y desde cuando arranca esa amistad. Por último, no quiero cansar a nadie, esto podría ser la historia interminable, me referiré al caso del Conseller de Turismo de Baleares que contrató como asesora a su compañera con un sueldo de casi 50.000 euros, el periódico que daba la información no especificaba si el sueldo el anual o mensual, espero que fuera anual, pero quién sabe. Cosas más raras se han visto. Mientras la cosa no ha trascendido no ha pasado nada pero ahora que ha salido a la luz pública el conseller ha cesado a su compañera como asesora. Pero...preguntó yo: ¿Y si no hubiera trascendido? ¿La hubiera cesado? Me inclino a pensar que no.
Así están las cosas. La verdad es que dan para pensar y para mucho más y sobre todo para preguntarse que en qué país vivimos.
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