El turno de sucesión
Ha tenido que ser precisamente Eduardo Zaplana, uno de los que le tienen echado el ojo al sillón de Rajoy, quien niegue tal posibilidad, y Zaplana es de los que menos posibilidades tiene de suceder al heredero de Aznar ya que su valor en el “mercado” ha perdido muchos enteros, vamos que se está quedando más solo que un ermitaño en su cueva, pero cualquiera puede sustituir a Rajoy, hasta el propio Vicente Martínez Pujalte, podría aspirar a ello sin que se notara el cambio.
Pero ahí están los Acebes, Gallardón y Aguirre, esperando el mínimo descuido o traspiés de Rajoy, aunque ya son muchos los que éste ha dado, para situarse en el primer puesto de salida en lo que podríamos llamar la “carrera por la sucesión”. Es muy normal que se tengan estas aspiraciones cuando tienen comprobado que el “líder” no convence ni a propios ni mucho menos a extraños y que además suspende en todas las encuestas. Esto crea unas ciertas esperanzadoras expectativas entre aquellos que se consideran capacitados y legitimados para ocupar el puesto que actualmente ostenta Rajoy.
Manuel Fraga, no se equivoca al decir que hay que ir pensando en otros nombres. Se equivocó con Hernández Mancha, al nombrarle su sucesor y casi de inmediato rectificó sustituyéndolo por Aznar. José María Aznar, se equivocó al nombrar a Rajoy su heredero político y por eso en el PP está pasando de todo porque son muchos los que esperan que Aznar se fije en ellos por si decide rectificar como lo hizo Fraga. Pero hoy por hoy Aznar no está para perder el tiempo con esto de la política. Aznar está más por dedicar su tiempo a las grandes finanzas que son las que de un día para otro le pueden hacer rico. O arruinarle para siempre…quien sabe. El dinero abre más puertas y da más poder que la política y el ex presidente del Gobierno le ha tomado el gusto al vil metal. Eso es evidente.