¡Como están las cofradías!

La verdad es que esto de la hermandad se está poniendo bastante “chungo”. Eso de” hermanos en Cristo” anda un poco a la deriva. El “amaos los unos a los otros” no esta siendo interpretado muy al pie de la letra por algunas congregaciones y asociaciones católicas, ya se las llame cofradías o hermandades indistintamente.
En estos pasados días estamos viendo como un cura expulsa de una hermandad católica a una mujer por ser lesbiana. Como una persona homosexual no es admitida y por tanto sufre el trauma y el desamparo, ¡que ironía!, de no poder ingresar como cofrade en la Hermandad de Nuestra Señora de los “Desamparados” de Toledo. Leemos en la prensa que la Cofradía de “El Lavatorio” de Orihuela (Alicante) expulsa a un cofrade por falta de respeto a la directiva y “blasfemia”, cuando lo sucedido, según relato de un portavoz del expulsado, fue que el despedido salió en defensa de una niña de once años el día de Viernes Santo a la que la dirección quería expulsar de la procesión por no ir con el calzado adecuado. A este argumento, el echado defensor de la niña respondió que había otras personas que llevaban zapatillas de deporte y que sin embargo nadie les había hablado de expulsión. Se da la circunstancia de que el destituido fue durante 26 años directivo de la cofradía y es hijo del anterior presidente de “El Lavatorio”. Todo esto nos lo relata el diario INFORMACION de Alicante en su edición del pasado día 18.
Expulsiones por cuestiones trasnochadas y con la evidente falta de respeto a la libertad en la forma de ser de los demás, negativas a peticiones de ingreso por las mismas causas, y hasta expulsiones por no llevar determinado modelo de calzado son, por lo que se ve, casi prácticas habituales en las cofradías y hermandades relacionada con la Iglesia Católica. Mientras tanto el Papa, Benedicto XVI, dijo en su reciente viaje a EEUU que el escándalo de los curas pederastas fue “una vergüenza”. ¿Dónde están esos curas? ¿Los han expulsado o los tienen por ahí “camuflados”? Luego vienen los obispos con sus quejas de que hay “fuga” de parroquianos. Vamos, que la gente va menos a las iglesias católicas. Jesucristo devolvió la vista a muchos ciegos, pero no hay más ciego que quien no quiere ver.