Hacia una España Mejor

lunes, octubre 26, 2009

¿Cinismo o desvarío?


El espectáculo que ofreció el presidente de la Generalitat Valenciana, Francesc Camps, durante el desarrollo de la sección plenaria de Las Cortes Valencianas sobre el control al Gobierno celebrada el pasado día 22, nos ha situado en la disyuntiva de pensar si lo que dijo fue fruto de un cinismo sin parangón o consecuencia de un desvarío producto de los malos tiempos que políticamente le ha tocado vivir al jefe del Gobierno valenciano. Yo más bien me inclino por esto último.
Decir como dijo, refiriéndose a Ricardo Costa, que este “actuó bajo las directrices del PP de España y de la Comunitat, es decir, con responsabilidad, legalidad, eficiencia y seriedad, como se está demostrando y se va demostrar” es algo que no encaja, en absoluto, después del cese del secretario general del PP valenciano. ¿Por actuar siguiendo las directrices del PP a nivel nacional y de comunidad, por actuar con “responsabilidad, legalidad, eficiencia y seriedad” le han cesado? ¿Por eso le han cesado? Pues menuda injusticia ha cometido Rajoy con Ricardo Costa. Yo creo que lo que verdaderamente se intenta evitar con tantas flores, más bien crisantemos, estamos cerca del Día de Todos los Santos, es que Costa “cante” en Eurovisión.
En su posible desvarío, Camps, fue mucho más allá y dijo también que “esos pretendidos amigos del PP que aparecen en las conversaciones del caso Gürtel parecen ser los amigos de la Moncloa, que hablan directamente con ellos y además les adjudican obras”. Con lo de la adjudicación de obras parece ser que se refiere a que el Gobierno de España ha contratado unas obras con una empresa relacionada con el caso Gürtel. Lo malo de contratar no es con quien se hace sino como se hace y eso es lo que hay que averiguar en el caso Gürtel: Como y de que forma se concedieron obras y servicios por parte del PP a las empresas de El Bigotes y de Correa y porqué se pagó la celebración de actos con dinero negro. Dinero este siempre de dudosa procedencia.
Que se sepa esos “pretendidos amigos del PP” que “parecen ser los amigos de la Moncloa” y además “les adjudican las obras”, no han asistido a la boda de alguna hija de alguien del Gobierno, a la de la hija de Aznar sí y el presunto cabecilla de la trama, Correa, firmó como testigo en esa boda. Eso sí es de amigos, pero de amigos muy amigos. En el colmo de su desvarío Camps ha dicho que el caso Gürtel le costará al PSOE la pérdida del Gobierno de España. A este hay que llevarlo al médico y cuanto antes mucho mejor para él.
A nadie le ha pasado inadvertido el hecho de que Camps, políticamente, no es nada brillante, en mi opinión es bastante mediocre, pero como futbolista hubiera sido único en el puesto de líbero echando balones fuera. Aunque con su torpeza metería más de un gol en su propia portería, al igual que lo ha hecho en esa sesión de las Cortes Valencianas.