A raíz del secuestro de tres españoles en Mauritania, el Partido Popular quiere dar a entender que rectifica en su exigencia de responsabilidades, como hizo en el caso del “Alakrana”, al Gobierno y para ello la portavoz, Soraya Sáenz de Santamaría, ha retirado una pregunta relacionada con el secuestro de la tripulación del atunero que tenía prevista hacerle a la ministra Carme Chacón, en la que le decía que “no supo estar a la altura de las circunstancias en sus declaraciones públicas” y no supo “dirigir y coordinar” las actuaciones de su ministerio. Por otro lado la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, dice que se solidariza con las familias a las cuales les da todo su apoyo así como al Gobierno para que actúe de la “manera más oportuna” (El Plural 01-12-09). Esto, que puede parecer un cambio de estrategia y un acto de arrepentimiento no lo es en absoluto. Al PP le ha entrado pánico y no se atreve a criticar al Gobierno para que no le repitan en el Congreso lo mismo que la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega, le dijo a la portavoz parlamentaria del PP, el pasado día 25 y que fue publicado por El Plural al el 27 del pasado mes de noviembre. La vicepresidenta dijo lo siguiente: “Le voy a recordar una cosa para que vea que lo que digo no lo digo en barbecho. Es posible que usted no recuerde pero el 25 de noviembre de 2000, hoy precisamente se cumplen 9 años del suceso, fueron secuestrados en Georgia dos ciudadanos españoles: Antonio Tremiño y Francisco Rodríguez. Desgraciadamente el secuestro duró más de un año. Exactamente, 373 días: de noviembre de 2000 a diciembre de 2001. Durante todo ese tiempo estuvieron secuestrados en durísimas condiciones, atados, a pan y agua y sin poder hablar. Y cuando estaba a punto de cumplirse el año del secuestro los familiares se reunieron con el entonces vicepresidente del Gobierno y ministro del Interior. Que por cierto, ¿sabe quien era? Su líder, el señor Rajoy” Cuando la vicepresidenta mencionó a Rajoy la cara de Soraya Sáenz de Santamaría se desencajó. Tuve ocasión de verlo gracias al video que El Plural adjuntaba a la información. Pero no acabó ahí María Teresa Fernández de la Vega. Ante la cara que se le quedó, se la puede imaginar usted después de semejante relato, a la vocera popular, De la Vega añadió: “Sí señoría, el señor Rajoy, que por cierto, estos días ha dicho que a otros no le pasan estas cosas. Y ahora le digo yo señoría: busque entonces no ya la reprobación socialista, ni siquiera una crítica del Partido Socialista, porque jamás la encontrará. Esta es la diferencia que hay entre ustedes y nosotros. Lo único que encontrará es el apoyo a su Gobierno. Por tanto lecciones de responsabilidad, ni una. Diligencia, ninguna. Señoría, en esto como en casi todo, lecciones ninguna, ninguna. Trescientos setenta y tres días…Muchas gracias”, acabó.
O sea que aquí no hay cambio de estrategia ni solidaridad ni apoyo al Gobierno “para que actúe de la forma más oportuna”. Aquí lo que ocurre es que les ha entrado pánico por si les vuelven a leer la cartilla y aunque parezca imposible se les ha caído la cara de vergüenza, el varapalo de la vicepresidenta fue muy fuerte, y necesitan recogerla del suelo y darle unos cuantos retoques y para eso precisan, como en el baloncesto, un tiempo muerto. Pero en cuanto repongan su endurecido rostro volverán a las andadas. Que nadie se llame a engaño. Estos ni cambiaron después del 20 de noviembre de 1975 ni mucho menos van a cambiar ahora.