Estimada señora: Soy Carlanpio Cantalejo Ripiogordo, usted no me conoce, pero para que usted se haga una idea de quién soy yo, le comunico que soy muy amigo de Mariano, del presidente del Gobierno al que ya le he mandado dos cartas. Yo a usted solo la conozco por la Tele y porque se me ha quedado en la memoria aquello que dijeron algunos de que usted no sabía los coches que tenía en el garaje de su casa. La verdad, no sé que querían decir con esto de los coches.
Le escribo con un poco de retraso, es porque el Julián, mi sobrino, me escribe las cartas, yo no sé leer ni escribir, por eso acudo a él cuando quiero escribir a alguien, pero resulta que al Julián, su borrica, la Salera, le dio una coz en el brazo derecho y ha estado varios días sin poder moverlo, y es por eso por lo que he tardado en mandarle esta carta a usted. Le mando estas letras para decirle que nos ha dejado usted un tanto “mataos”, como dice su apellido, con eso de que los jubilados tengamos que pagar por los medicamentos que tomamos. Dice usted que ello no es para que el Gobierno tenga más dinero sino con afán disuasorio. Ni el Julián ni yo sabemos que quiero decir eso de “disuasorio” pero se lo hemos preguntado a don Anselmo, el boticario, que es un hombre muy cultivado, y nos ha dicho que eso quiere decir inducir a otros a hacer algo y que en este caso se refiere a que los enfermos crónicos como yo no tememos tantos medicamentos. Es por esto último por lo que he decidido mandarle estas letras para pedirle perdón sino hago caso de su consejo porque verá usted señora ministra, a mi me dio un infarto y me operaron a vida o muerte, pero como dice el Martín, el que reparte el butano en el pueblo, mala hierba nunca muere, me quitaron medio metro de vena de una pierna y me hicieron tres empalmes, esto tiene un nombre en inglés pero el Julián no sabe cómo se escribe, por lo que espero sepa dispensar esta falta, y me colocaron un muelle, también tiene nombre en inglés pero nos pasa lo mismo que con los empalmes, verá usted señora ministra, es por lo antes dicho por lo que me tomo diariamente diez medicamentos distintos con la recomendación del médico de que no deje de tomarlos mientras viva, por ello comprenderá usted señora ministra que no puedo, y le pido perdón, hacer caso de su consejo de no tomar tantos medicamentos, si lo hago me muero, porque señora ministra me asusta pensar que esta recomendación de no tomar muchas medicinas sea con el fin de que los enfermos crónicos nos muramos y que el Gobierno se ahorre el pago de la pensión y el gasto en médicos, medicamentos y hospitales. ¿Usted no querrá que me muera, verdad señora ministra? Yo a usted no la deseo ningún mal. La vida es bonita aunque algunos estemos algo acacharraos. Sin intención de llevarle la contraria le digo señora ministra que eso de los enfermos crónicos, le hemos preguntado a don Matías, el maestro del pueblo, que quiere decir crónico y nos dice que se refiere a las enfermedades largas, de ahí que, y perdone usted mi atrevimiento, no esté de acuerdo con usted cuando dice que los que tenemos colesterol y la tensión alta, entre otros achaques, no somos enfermos crónicos sino “pacientes de larga duración” según dice don Matías, que conoce lo que quieren decir las palabras, yo soy un enfermo crónico, aunque a lo mejor le parece a usted que los crónicos duramos mucho. Se lo vuelvo a preguntar señora ministra: ¿no querrá usted que me muera pronto?
He oído en la radio que los socialistas dicen que con esta disposición va usted a ahorrar mucho menos dinero del que usted dice, yo espero señora ministra que no les haga usted caso porque me temo de que si la convencen de que va a horrar menos los pensionistas tengamos que pagar aún más de lo que usted ha dicho hasta ahora. Señora ministra, yo no sé si para usted son poco o mucho pagar por las medicinas ocho o dieciocho euros al mes, que es lo que usted dice que vamos a pagar todos los meses los pensionistas, espero que haya hecho los números bien y no paseo como con las pensiones que dicen que las han subido pero yo cobro menos que el año pasado, para mí, sean ocho o dieciocho es mucho pues a esto hay que añadir que yo con la subida de pensiones que hizo mi amigo Mariano cobro menos que el año pasado dicen que es culpa del ierrepeefe, por cierto me gustaría encontrarme cara a cara con el tal ierrepeefe para decirle cuatro verdades y lo que pienso de él. Seguro que no le iba a gustar.
Creo que he dicho todo lo que quería decirle por lo que si en algo le he faltado al respeto le suplico perdone a este humilde pensionista que se ofrece a usted para lo que haga falta. Con todo el respeto del mundo su servidor
Carlanpio Cantalejo Ripiogordo
Posdata: Eso que dice usted que se tiran todos a la basura los años 3.700 toneladas de medicamentos lo dicen porque los pesan o por impresionarnos a todos.